Hay planes que parecen hechos únicamente para el verano y sus meses más cálidos, como el senderismo, por ejemplo. Sin embargo, en el lugar adecuado y con los cuidados del caso, puedes tener una experiencia fabulosa de treecking en invierno.
¿Habrá un mejor lugar que Canadá para esta aventura gélida? ¡No lo creo! Y si estás en Ontario, mejor aún. Porque, a dos horas en automóvil al sur de la ciudad de Lincoln hacia las Cataratas del Niágara, te encontrarás con el Área de Conservación de Balls Falls.
La caminata invernal con destino a ‘Winterfell’
Con cinco senderos y más de 81 hectáreas de tierra, hay mucho que explorar alrededor del Área de Conservación de Balls Falls.
Hay dos senderos que valdrán la pena, ya que conducen a las vistas de Twenty Mile Creek que descienden por los acantilados.
Mientras que, por el otro lado, The Village Trail lo lleva a las cataratas inferiores, entre tanto, Cataract Trail serpentea hasta las cataratas superiores.
Los otros senderos recorren el parque con exhibiciones interactivas y exhibiciones sobre los acantilados del Niágara.
El área también tiene estructuras que datan del siglo XIX, cuando era un pequeño pueblo donde vivía y trabajaba la familia Ball, por quienes recibe su nombre, que lo hacen bastante interesante.
Desde la casa original de la familia Ball hasta una iglesia, pasará por puntos de referencia locales. No obstante, debe tener en cuenta que, por las restricciones del coronavirus, los edificios patrimoniales y los recorridos permanecerán cerrados hasta nuevo aviso.
Asimismo, a la vez que explora el área de conservación de Ball’s Falls , también se encontrará con varias especies de plantas, árboles y aves.
Todos estos factores combinados, ecológicos, geológicos e históricos hacen de éste un lugar fabuloso para visitar.
Como consejo, asegúrese de usar calzado resistente cuando vaya de excursión, ya que los senderos pueden volverse resbaladizos durante el invierno.
El paraíso congelado
Si bien caminar hacia una cascada rodeada de frondosos árboles es impresionante, hay algo mágico en ver una en invierno.
No solo habrá menos multitudes, por lo que sentirá que tienes el área para ti solo, sino que una vez que el agua que fluye se haya congelado, el hielo brilla a la luz del sol como un diamante.
En otras palabras, el agua que cae se transforma en relucientes pilares de hielo, y te sentirás como si hubieras vagado por Winterfell.
