Olesya Krivtsova, una estudiante rusa universitaria está a punto de recibir una condena de 10 años de prisión por una publicación en su cuenta de Instagram contra el gobierno Putin.
La joven de 20 años, está bajo arresto domiciliario y cuenta con un rastreador en su pierna.
Esta mujer fue arrestada por hacer publicaciones contra la guerra en las redes sociales. En una de ellas, se refería a la explosión del puente que une a Rusia con la península de Crimea que Moscú se anexó en 2014.
“Publiqué una historia de Instagram sobre el puente”, le dice Olesya a la BBC Mundo en medio de la entrevista.
Cuenta la femenina que, “estaba hablando por teléfono con mi madre, cuando escuché que se abría la puerta principal. Entraron muchos policías. Me quitaron el teléfono y me gritaron que me tirara al suelo”.
A Olesya la acusaron de justificar el terrorismo y desacreditar a las fuerzas armadas rusas.
“Nunca me imaginé que alguien pudiera recibir una sentencia de prisión tan larga por publicar algo en internet”, dice Olesya.
Según las reglas de su arresto domiciliario, tiene prohibido hablar por teléfono y conectarse a internet.
La invasión rusa
Ha pasado un año desde que el Kremlin lanzó su “operación militar especial” en Ucrania, el término que utiliza para la invasión a gran escala de Rusia de su vecino.
A las pocas semanas del asalto, el presidente Putin estaba pidiendo al público ruso que separara a los “verdaderos patriotas de la escoria y los traidores”.
Desde entonces, en toda Rusia ha habido informes de denuncias al estilo soviético contra los críticos de la guerra.
Esto incluyen estudiantes que informan sobre profesores y trabajadores que denuncian a sus compañeros.
Toda crítica pública a la invasión, -que incluye volver a publicar las críticas de otras personas- es peligrosa.
Las autoridades rusas esperan un apoyo total e inquebrantable para la ofensiva en Ucrania. Si no se les apoya, al menos se espera que se permanezca en silencio.
Para los que no se queden callados, hay una serie de leyes represivas, incluyendo leyes contra la difusión de “información falsa” sobre las fuerzas armadas y “desacreditación” al ejército.
Buscan presionar al pueblo
El mensaje patriótico es persuasivo. En las calles de Arkhangelsk, encontramos poca simpatía por los rusos que enfrentan juicio por sus comentarios contra la guerra.
Olesya se le permite salir de su apartamento. Pero solo para asistir a una audiencia en la corte. Sus abogados defensores están tratando de persuadir a un juez para que levante las restricciones a su movimiento.
La camiseta de Olesya tiene una imagen de una camioneta de la policía un letrero que lee “Autobús escolar”. Un comentario sobre cómo los jóvenes rusos están siendo castigados por sus críticas a las autoridades.
“El Estado no tiene estómago para el debate, la democracia o la libertad”, dice Olesya. “Pero no pueden encarcelar a todos. En algún momento se quedarán sin celdas”.
Rusia y el bloqueo en redes
El gobierno de Rusia bloqueó la red social Facebook y ordenó la restricción de Twitter.
La medida se produjo justo cuando Moscú respaldó la imposición de penas de cárcel a los medios que publicaran “información falsa” sobre el ejército.
El bloqueo de Facebook por parte de Rusia es un síntoma de su esfuerzo más amplio por aislarse de las fuentes de información que podrían poner en peligro su invasión a Ucrania.
La red social, a menudo criticada, es parte de una red de fuentes de información que pueden desafiar la perspectiva preferida del Kremlin de que su invasión a Ucrania es justa y necesaria.
La motivación de Rusia “es suprimir los desafíos políticos en un momento muy tenso para (Vladimir) Putin y el régimen, cuando se trata de aquellos que hacen preguntas muy difíciles sobre por qué Rusia continúa llevando a cabo esta guerra”.
Rusia se une así al minúsculo club de países que excluyen la red social más grande del mundo, junto con China y Corea del Norte.
Se esperaba que Moscú dominara rápidamente a su vecino ucraniano, pero la campaña ya ha mostrado signos de que podría durar más y podría desencadenar toda su ferocidad militar.
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