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¿Funcionaría el modelo de Gobierno de Bukele en otros países como Colombia o Venezuela?

Esto es lo que piensan los expertos sobre implementar el "Modelo Bukele" en otros países de Latinoamérica como Colombia y Venezuela

El modelo de gobierno de Bukele en El Salvador ha llamado la atención de toda América Latina. Sus políticas de mano dura contra la delincuencia y la reducción drástica de homicidios han generado un debate intenso sobre si este tipo de gestión podría aplicarse en países como Colombia o Venezuela. Sin embargo, las diferencias estructurales, políticas y sociales hacen que trasladar el llamado “Bukelismo” no sea tan sencillo.

¿Qué caracteriza al modelo Bukele?

El modelo de gobierno de Bukele se basa en un plan de seguridad con estado de excepción, detenciones masivas y un control centralizado de las instituciones. Según cifras oficiales, la estrategia ha reducido la violencia en las calles y ha incrementado la percepción de seguridad. Pero también ha sido cuestionada por organismos internacionales por violaciones a los derechos humanos y concentración de poder.

Colombia y Venezuela frente al modelo

En Colombia, la violencia no se concentra en pandillas locales como en El Salvador, sino en estructuras más complejas como guerrillas, narcotráfico y bandas criminales transnacionales. Además, el sistema institucional colombiano es descentralizado y con contrapesos que harían difícil una aplicación tan centralizada como la del modelo de Bukele.

En Venezuela, aunque el régimen ya controla instituciones y fuerzas de seguridad, el problema es de otra naturaleza: colapso económico, emigración masiva y pérdida de legitimidad democrática. Copiar el modelo salvadoreño no resolvería esos factores estructurales.

Riesgos de la copia

Uno de los mayores riesgos es la deriva autoritaria. El modelo de Bukele se sostiene por su enorme popularidad interna, pero en otros contextos podría convertirse en una excusa para eliminar contrapesos democráticos. En Colombia, podría tensionar la Constitución y los órganos judiciales. En Venezuela, reforzaría un esquema ya marcado por la falta de separación de poderes.

¿Podría funcionar?

Más que replicar el modelo en su totalidad, algunos gobiernos podrían adoptar medidas puntuales, como operativos de seguridad más coordinados o inversión en infraestructura carcelaria. Sin embargo, trasladar la estrategia completa resultaría inviable en países con mayores dimensiones territoriales, diversidad política y presiones internacionales más fuertes.

Lo que deja este debate

El modelo de gobierno de Bukele funciona en El Salvador por condiciones específicas: un país pequeño, un enemigo común identificado y una fuerte concentración de poder en torno a la figura presidencial. En Colombia o Venezuela, el resultado podría ser muy distinto, con riesgos de crisis institucional o abusos de poder. La lección es que las soluciones rápidas en seguridad no siempre son exportables y cada nación debe diseñar respuestas propias que equilibren eficacia con respeto a los derechos y a la democracia.

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