De acuerdo con los estudios de la sangre que se han realizado a los astronautas han demostrado que al parecer sufrieron mutaciones en el ADN después de que regresan del espacio.
Por lo anterior, un estudio de la NASA que duró 20 años ha estado analizando los efectos potenciales que podría tener viajar al espacio en el cuerpo humano y encontró algunos detalles preocupantes.
Al revisar muestras de sangre de 14 astronautas, el estudio encontró que todos ellos tenían mutaciones en el ADN de sus células madre formadoras de sangre.
Según el equipo de investigadores que realizó el estudio, una de las principales razones para hacerlo fue el auge de los “vuelos espaciales comerciales y en el espacio profundo”.
Los 14 astronautas involucrados en el estudio eran personas que participaron en misiones a corto plazo con una duración promedio de 12 días entre 1998 y 2001.
Luego, su sangre se mantuvo congelada durante más de 20 años antes de ser analizada.
Así las cosas, se conocen algunos impactos de estar en el espacio por un período prolongado de tiempo.
Como la degeneración muscular por la falta de gravedad, pero otros son menos claros.
Hay que decir que, para los astronautas en cuestión, las mutaciones en las muestras de sangre todavía estaban por debajo de los límites que comenzarían a causar grandes preocupaciones.
Posibles efectos
La NASA quiere resolver a medida que amplía la gama de misiones espaciales tripuladas y alberga la ambición de llevar personas a Marte en los próximos 20 años.
Para la NASA, no estamos ni cerca de los niveles de Star Trek de enviar personas durante años a explorar el cosmos.
La posibilidad de que las personas pasen mucho tiempo en el espacio es muy importante.
Los viajes espaciales exponen al cuerpo humano a niveles más altos de radiación.
Y los viajes espaciales más prolongados dejarán a la persona expuesta durante más tiempo.
Explican los expertos que, “si queremos enviar misiones tripuladas más allá de la Luna y un día tener pies humanos sobre la superficie de Marte, es necesario conocer todos los impactos en la salud”.
Los planes para viajes espaciales más largos dependen de los esfuerzos de la NASA para hacer despegar su última nave espacial en primer lugar.
¿Las células de los astronautas sufren múltiples alteraciones?
Las condiciones particulares del espacio, en especial la microgravedad y las radiaciones cósmicas, suponen un riesgo añadido para la supervivencia de los seres humanos más allá de la Tierra.
Entre los diversos efectos que la vida en el espacio exterior provoca en los astronautas destacan la descalcificación de los huesos.
La alteración del sueño y de los ritmos circadianos, la pérdida de visión, el aumento de la temperatura corporal, la atrofia de los músculos.
Las alteraciones del sistema inmunitario y el incremento de riesgo de cáncer.
Sin embargo, el conocimiento científico sobre el modo en que las condiciones del espacio afectan al cuerpo humano a nivel celular.
Así como sus consecuencias para la salud a largo plazo, es aún muy limitado.
El estudio del conjunto de las diferentes moléculas y sistemas presentes en las células.
Como las metilaciones del ADN, el ARN, las proteínas y los metabolitos, se realizó mediante complejos y extensos análisis ómicos.
El volumen de información resultante de estos experimentos requirió la realización de un trabajo singular en big data para poder manejarlo.
Lo que debes saber
Se recogieron datos a partir de experimentos en ratones y muestras de 59 astronautas tomadas durante décadas en la Estación Espacial Internacional.
Estas, muestran múltiples y diversas alteraciones en las células a raíz de los viajes espaciales.
Entre ellos disfunción mitocondrial, cambios en la longitud de los telómeros (los extremos de los cromosomas).
También, estrés oxidativo, alteraciones del microbioma (el genoma de los microorganismos que se encuentran en superficies del ser humano) y cambios en la regulación de genes.
Los investigadores observaron, además, que las mitocondrias eran especialmente sensibles a la radiación y la microgravedad típicas del espacio exterior.
Tanto en las células de ratones como en las de los astronautas, las mitocondrias presentaban alteraciones en su función principal, sufrían daños en su ADN y estrés oxidativo.
Este «estrés mitocondrial» afectó diferentes órganos y tejidos.
Así pues, podrían desempeñar un papel clave en los numerosos cambios observados en el cuerpo humano.
Entre ellas como las alteraciones cardiovasculares y de los ritmos circadianos, o las modificaciones en el metabolismo de los lípidos y la inmunidad innata.