El pasado 8 de mayo el mundo presenció quizá uno de los espectáculos celestiales más aclamados, las famosas auroras boreales en lugares donde jamás se hubiera llegado a imaginar poder verlas. Aunque la emoción de la experiencia de vivir las auroras boreales sin estar en Islandia fue sin duda increíble, la razón detrás de ello es realmente inquietante.
Una tormenta solar sin precedentes que representó una gran amenaza para la Tierra afectando especialmente los sistemas de comunicaciones. Y aunque la tormenta solar de hace algunas semanas parecía ser a gran escala, los científicos han hecho alarmantes proyecciones asegurando que lo peor está por venir y que el planeta experimentará en los próximos meses tormentas solares en gran cantidad, por lo que debemos estar preparados ante esta amenaza.
La tormenta solar del 8 de mayo: Un evento extremo
2024 ha sido un año notable en cuanto a fenómenos espaciales sin precedentes, durante los cinco meses que hasta ahora han transcurrido, han ocurrido eventos que han capturado la atención global. Primero, el impresionante eclipse total de Sol a principios de abril. Seguido por las impactantes tormentas solares de mayo, que han generado espectaculares auroras boreales visibles en latitudes tan inusuales como México y España.
Y es que quizá uno de los eventos más llamativos fue precisamente la tormenta solar del pasado 8 de mayo, una de las tormentas geomagnéticas más poderosas de las últimas dos décadas. Clasificada como una tormenta de nivel G5 por el Centro de Predicciones de Clima Espacial (SWPC). Esta tormenta tuvo un impacto significativo en las comunicaciones globales y en los sistemas GPS. Incluyendo el servicio de internet satelital Starlink de Elon Musk.
Los operadores de redes eléctricas en todo el mundo tomaron medidas preventivas para mitigar los posibles daños causados por esta tormenta solar. Por ejemplo, en Nueva Zelanda, las autoridades llegaron a desconectar totalmente el sistema eléctrico para evitar la inyección de corrientes adicionales en la red. Lo que podría haber provocado cortes de energía y daños en los transformadores eléctricos. Ocasionando que algunas zonas se quedaran sin electricidad por meses.
Aunque la tormenta solar del 8 de mayo no causó daños significativos, la comunidad científica y la sociedad en general ha despertado una gran inquietud que ha encendido las alamedas por la posibilidad de que eventos similares, o incluso más intensos, puedan ocurrir en los próximos meses.
Un panorama de incertidumbre que se ha agravado ya que los expertos señalan que el ciclo solar actual, el número 25, está acercándose a su máximo de actividad, lo que sugiere que lo peor podría estar aún por venir.
Se encienden las alarmas por las tormentas solares que están previstas para los próximos meses
La sonda Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea está en una posición privilegiada para observar las tormentas solares desde una perspectiva diferente a la de la Tierra, al encontrarse casi detrás del Sol. Esto permitirá un análisis más detallado de la región activa 3664, responsable de las recientes tormentas, que está girando hacia la cara oculta del Sol.
Por su parte, la sonda Solar Parker de la NASA también podría proporcionar datos valiosos, aunque actualmente se encuentra en el punto más alejado de su órbita. Lo que retrasa la llegada de los datos a la Tierra.
Aunque al parecer los científicos tienen varias fuentes de información y a pesar de los avances tecnológicos en predicción, la realidad es que no se puede saber con exactitud si una tormenta geomagnética podría acercarse al planeta en los próximos meses.
Sin embargo, la posibilidad de una gran tormenta solar que podría impactar severamente nuestras infraestructuras y redes eléctricas, es una preocupación real e inevitable. Pues lo más probable es que con el ciclo solar 25 alcanzando su máximo, el planeta experimente más tormentas solares en gran cantidad durante los próximos meses.