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El 40 % de las personas salvaría a su perro antes que a un humano

Una investigación revela el profundo vínculo emocional entre humanos y mascotas, incluso por encima de la empatía hacia otros seres humanos.

Un estudio realizado por la revista Anthrozoös reveló que el 40 % de las personas, al enfrentarse a una situación de vida o muerte, preferiría salvar a su perro antes que a un humano desconocido. Este dato ha despertado múltiples debates sobre la empatía, la moral y la transformación del vínculo entre humanos y animales.

El estudio fue dirigido por la Northeastern University y la Universidad de Colorado. Los participantes fueron expuestos a escenarios de rescate: podían salvar solo a su perro o a una persona desconocida. La mayoría, especialmente los dueños de mascotas, priorizaron al animal.

Conducta emocional: por qué muchas personas prefieren salvar a su perro antes que a un humano

Los psicólogos explican que este comportamiento está vinculado con el apego emocional. Salvar a su perro antes que a un humano no implica desprecio hacia las personas, sino una expresión del fuerte lazo construido a lo largo del tiempo con la mascota.

Este vínculo se ha fortalecido social y culturalmente. En muchas casas, el perro no solo es compañía: es familia. Este lazo íntimo influye en la toma de decisiones emocionales en momentos extremos.

El peso del vínculo con animales en situaciones límite

El estudio también encontró que esta conducta no se limita a una región. En países como Alemania, Canadá o Estados Unidos, donde el estatus de los animales de compañía es alto, el resultado fue incluso más marcado.

La tendencia a salvar a su perro antes que a un humano está presente sobre todo en personas jóvenes y en quienes viven solos con sus mascotas. La figura del “perrhijo” se ha vuelto una realidad social en muchas ciudades, modificando los códigos emocionales de la conducta de rescate.

Salvar a su perro antes que a un humano: una decisión que refleja nuevas prioridades

Para muchos, su perro representa lealtad, afecto incondicional y seguridad emocional. Cuando el otro involucrado es un extraño, la reacción es diferente. El cerebro emocional actúa antes que el racional.

Este fenómeno revela un cambio social profundo: ya no se trata solo de amor por los animales, sino de nuevas jerarquías afectivas que colocan a los perros por encima de personas desconocidas. La empatía por mascotas se está imponiendo frente a la empatía tradicional por el prójimo.

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