Los científicos están desconcertados a medida que el Polo Norte se acerca cada vez más a Rusia, lo que eventualmente podría causar estragos en los teléfonos inteligentes de las personas.
El Polo Norte magnético se ha ido acercando al país más grande del mundo desde principios del siglo XIX.
El campo magnético, que es diferente al del Polo Norte geográfico, que es el punto más septentrional del mundo, es la dirección en la que apunta la aguja de la brújula.
No tiene una ubicación fija y cambia como resultado de la actividad magnética debajo de la corteza terrestre
Pero en un nuevo desarrollo que ha desconcertado a los cerebros del mundo, el reciente movimiento incesante causado por el hierro fundido en agitación se ha desacelerado a aproximadamente 24 kilómetros por año, según el Modelo Magnético Mundial.
El ritmo al que se mueve
La nueva velocidad a la que viaja es aproximadamente 16 kilómetros por año más lenta que en 2020, cuando se actualizó el modelo por última vez.
De acuerdo con Ciarán Beggan, del British Geological Survey el polo magnético se ha estado moviendo en los últimos siglos según varios estudios.
“Este es un comportamiento que no habíamos observado antes y que hace que predecir los cambios en el campo magnético sea más difícil”.
Puede que los cambios no parezcan importantes para la vida cotidiana de las personas, pero sí afectan a todos de alguna manera.
Cómo afecta el norte de la gente
Las brújulas magnéticas siguen siendo fundamentales para la navegación moderna, ya que orientan a los aviones y submarinos, e incluso ayudan a las brújulas de nuestros teléfonos.
Desde el descubrimiento del Polo Norte en 1831, el campo magnético se ha ido desplazando hacia Siberia.
El British Geological Survey, que desarrolló el Modelo Magnético Mundial junto con el Centro Nacional de Datos Geofísicos de los Estados Unidos, utiliza principalmente una constelación de satélites de la Agencia Espacial Europea.
El profesor Phil Livermore, de la Universidad de Leeds, sugiere que las fluctuaciones en el polo magnético son causadas por el movimiento de una corriente en chorro de hierro líquido en el núcleo de nuestro planeta.
La capacidad de rastrear el movimiento ayudaría a los científicos a pronosticar cambios, pero el proceso es complicado debido a que el hierro líquido se encuentra muy profundamente debajo de la superficie de la Tierra.
Qué es el norte magnético
El norte magnético es uno de los tres “polos norte” de nuestro planeta. En primer lugar, está el norte verdadero, que es el extremo norte del eje sobre el que gira nuestro planeta.
Pero la burbuja magnética protectora de nuestro planeta, o magnetosfera, no está perfectamente alineada con este giro.
En cambio, el dinamo del núcleo de la Tierra crea un campo magnético que está ligeramente inclinado con respecto al eje de rotación del planeta.
El extremo norte de esta barra magnética del tamaño de un planeta es lo que se conoce como norte geomagnético, un punto ubicado frente a la costa noroeste de Groenlandia que ha cambiado poco de posición durante el último siglo.
Luego está el norte magnético, que es el punto que la brújula localiza y que se define como el punto en el que las líneas del campo magnético apuntan verticalmente hacia abajo.
A diferencia del norte geomagnético, esta posición es más susceptible a las oleadas y flujos en el remolino de hierro líquido en el núcleo.
Estas corrientes tiran del campo magnético y hacen que el norte magnético salte por todo el globo.
“El polo norte magnético es un lugar bastante sensible”, dice Phil Livermore, geofísico de la Universidad de Leeds.
Qué es el Modelo Magnético Mundial
James Clark Ross localizó por primera vez el norte magnético en 1831 en las islas dispersas del territorio canadiense de Nunavut.
Desde entonces, el polo se ha desplazado en gran medida hacia el norte, recorriendo cientos de kilómetros durante las últimas décadas.
Para mantenerse al día con todos estos cambios, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos y el Servicio Geológico Británico desarrollaron lo que eventualmente se conocería como el Modelo Magnético Mundial.
El modelo se actualiza cada cinco años, y la última actualización se realizó en 2015.
Entre cada actualización, los científicos comprueban la precisión del modelo comparándolo con los datos de los observatorios magnéticos terrestres y de la misión Swarm de la Agencia Espacial Europea, un trío de satélites que trazan mapas del campo magnético y que dan vueltas alrededor de la Tierra entre 15 y 16 veces al día.
Hasta ahora, esto parecía suficiente para seguir el ritmo de la marcha del norte magnético hacia Siberia.
A mediados del siglo XX, el polo norte magnético se desplazaba a menos de 30 metros por día, lo que sumaba menos de 11 kilómetros de diferencia cada año.