Según Google Trends, las búsquedas de “mudarse a Canadá” tienden a aumentar después de eventos polarizadores, como el debate presidencial entre el hoy presidente Donald Trump y su entonces contrincante Kamala Harris.
Las búsquedas de “mudarse a Canadá” comenzó a aumentar desde las elecciones pasadas según Google Trends.
“Por lo general, cuando hay un ciclo electoral, o cuando a la gente no le gusta quién es elegido, los estadounidenses en particular quieren mudarse a Canadá”, explicó el director ejecutivo de VisaPlace, Michael Niren, un abogado de inmigración con más de 25 años de experiencia en migración canadiense.
Los estadounidense migrando a Canadá
Cada vez menos estadounidenses cumplen sus sueños en su propio país. Según datos de inmigración del gobierno canadiense, 93.095 estadounidenses obtuvieron la residencia permanente desde 2015 hasta finales del tercer trimestre de 2024.
La cantidad de estadounidenses a los que se les concedió la residencia permanente aumentó la mayoría de los años durante ese período.
En 2015, 7.655 personas la obtuvieron, en 2021 se registró la mayor cantidad con: 11.955 y en 2023, 10.640 personas hicieron el proceso.
Un estadounidenses que se mudó recientemente a Canadá dijeron relató en redes sociales lo que hizo para escapar de la “política polarizada y divisiva”, de sus país, para buscar una mejor atención médica y sentirse más seguro.
Si bien dijeron que su calidad de vida en general había mejorado, descubrieron que no había mejores oportunidades en todos los ámbitos: puede haber largas listas de espera para recibir atención médica y es muy caro comprar una casa.
El relato de la migración
Johnson, un ciudadano norteamericano, dijo en sus redes sociales que migro a Canadá, porque quería principalmente escapar de la política su país.
Cuenta que al llegar a la tierra de la hoja de maple, descubrió algunas ventajas del sistema escolar de Canadá una vez que sus hijos se inscribieron.
“Muchas de las escuelas están en remolques en lugar de edificios reales“, pero en Canadá, “los niños pueden ir a la escuela y no preocuparse por tener un lugar seguro o por no estar en un edificio real”.
Johnson dijo que él y su familia también habían disfrutado del sistema de salud universal financiado con fondos públicos de Canadá, bajo el cual los ciudadanos y residentes permanentes obtienen la mayoría de la atención médica y los medicamentos necesarios de forma gratuita o por bajo bajo.
Agregó que hubo algunas frustraciones, como los largos períodos de espera para recibir atención médica.
“Durante la pandemia, los médicos no pudieron ver a los pacientes con regularidad y los procedimientos que no eran de emergencia se pospusieron, por lo que hay una acumulación de trabajo”, relató Johnson.
Un país menos violento
Chris Ouellet, de 40 años, dejó Portland, Oregón, para ir a Victoria, Columbia Británica, en 2020. No era su destino de primera opción, dijo, pero terminó encontrando la paz y la seguridad que buscaba.
Él y su pareja habían planeado mudarse a Wellington, Nueva Zelanda , pero no pudieron debido a los cierres fronterizos por la pandemia. Muchas de las características que Ouellet buscaba en Nueva Zelanda, dijo, las encontró en Columbia Británica.
“Nos encanta el noroeste del Pacífico y Canadá no está tan lejos“, dijo Ouellet. “El clima es muy similar y tienen muchas de las cosas que queríamos y buscábamos en Nueva Zelanda, que era un costo de educación más bajo, atención médica socializada y una política que no fuera tan increíblemente polarizadora”.
Ouellet, que trabaja para el gobierno provincial en el Ministerio de Salud de Columbia Británica, habló con entusiasmo de Portland, pero destacó la “bastante mala” violencia y las crisis de opioides que presenció en Estados Unidos en general.
Antes de Portland, él y su pareja vivían en Chicago. La violencia sobre la que leían o veían en sus viajes diarios los impulsó a mudarse al oeste y, finalmente, fuera del país, dijo.
“En Columbia Británica, las normas para poseer un arma son extremadamente estrictas”, dijo. “Cuando estás en público y escuchas un ruido, nadie corre, nadie mira por encima del hombro, nadie piensa que podría tratarse de un acto de violencia con armas de fuego”.
Agregó que todavía hay una crisis de opioides en Columbia Británica, pero no es tan llamativa como en Portland. Ouellet dijo que en los tres años que había vivido en Columbia Británica, había visto una jeringa en el suelo, en comparación con Portland, donde dijo que podría ver docenas en un día.