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Así fue el ataque de Hamas en un festival de música en Israel

El ataque al festival fue parte de una operación más amplia y coordinada de Hamás, que también incluyó el asalto a una base militar fronteriza, el lanzamiento de cientos de cohetes contra varias ciudades israelíes y el intento de infiltración por mar y por túneles.

El pasado sábado 7 de octubre, el grupo islamista palestino Hamás llevó a cabo un ataque sorpresa dentro del territorio israelí, que causó la muerte de al menos 260 personas y la captura de varios rehenes. El objetivo principal del ataque fue un festival de música electrónica llamado Tribe of Nova, que se celebraba cerca de la frontera con Gaza.

El festival, que se anunciaba como un evento por la paz, reunió a miles de jóvenes que querían disfrutar de la música y la fiesta en una zona rural del desierto. Sin embargo, al amanecer, los asistentes se vieron sorprendidos por el lanzamiento de cohetes desde Gaza y el asalto de decenas de militantes armados de Hamás, que irrumpieron en el lugar disparando indiscriminadamente.

Según los testimonios de los sobrevivientes, el festival se convirtió en una escena de horror, donde se escuchaban gritos, explosiones y disparos. Muchos trataron de huir en sus vehículos, pero se encontraron con las carreteras bloqueadas y con más atacantes que les disparaban desde las colinas. Otros corrieron por los campos vacíos, buscando refugio o ayuda. Algunos fueron alcanzados por las balas o los cohetes, mientras que otros fueron capturados por los militantes, que los usaron como escudos humanos o rehenes.

Los servicios de emergencia israelíes tardaron horas en llegar al lugar, debido a la dificultad para acceder al área y a la amenaza constante de los atacantes. Cuando lograron entrar, se encontraron con una escena dantesca, donde había cuerpos esparcidos por el suelo, vehículos incendiados y restos de explosivos. El servicio de rescate Zaka informó que recuperó unos 260 cadáveres del lugar del festival, mientras que otras fuentes hablan de más de 300 víctimas mortales.

El ataque al festival fue parte de una operación más amplia y coordinada de Hamás, que también incluyó el asalto a una base militar fronteriza, el lanzamiento de cientos de cohetes contra varias ciudades israelíes y el intento de infiltración por mar y por túneles. Según Hamás, el objetivo era romper el bloqueo impuesto por Israel a Gaza desde 2007 y vengar la muerte de varios líderes del grupo en ataques israelíes previos.

El primer ministro israelí, Naftali Bennett, calificó el ataque como un acto de guerra y prometió una respuesta contundente. Israel movilizó a miles de reservistas y lanzó una serie de ataques aéreos contra objetivos militares y civiles en Gaza, causando decenas de muertos y heridos entre la población palestina. También cerró todos los cruces fronterizos con Gaza y reforzó su sistema antimisiles Cúpula de Hierro.

La comunidad internacional condenó el ataque de Hamás y expresó su solidaridad con Israel. Al mismo tiempo, pidió a ambas partes que cesaran las hostilidades y reanudaran las negociaciones para alcanzar una solución pacífica al conflicto. Sin embargo, las perspectivas de diálogo son escasas, ya que tanto Israel como Hamás se muestran dispuestos a seguir luchando hasta el final.

El ataque al festival de música ha sido uno de los más sangrientos y devastadores en la historia del conflicto entre Israel y Gaza. Ha dejado un saldo trágico de vidas humanas perdidas, sueños rotos y familias destrozadas. También ha demostrado la fragilidad de la tregua alcanzada en mayo tras 11 días de guerra, y la necesidad urgente de encontrar una salida política al conflicto.

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