El escenario en Medio Oriente se ha tornado aún más tenso a partir del 15 de octubre de 2023, cuando Israel dirigió una amenaza concreta hacia Líbano, específicamente si Hezbolá, una organización militar y política chií libanesa, se involucra en la crisis que enfrenta Israel con la Franja de Gaza. Tzachi Hanegbi, asesor de seguridad nacional israelí, instó a Hezbolá a mantenerse al margen del conflicto, mientras Israel se preparaba para un ataque coordinado en la Franja de Gaza, controlada por el grupo militante palestino Hamás.
Esta tensión se intensifica con intercambios de fuego entre Israel y Hezbolá en la frontera norte de Israel con Líbano. Israel ha declarado esta zona como una zona militar cerrada tras enfrentamientos mortales, advirtiendo a los civiles que eviten acercarse a unos 4 km de la frontera, mientras que Hezbolá responde a los ataques israelíes en su territorio. Las hostilidades se incrementaron después de que Israel ejecutara ataques aéreos en el sur del Líbano, lo que resultó en una respuesta de Hezbolá con fuego de artillería hacia Israel.
Los actos de hostilidad no se limitan a estos actores, ya que también se reportó que Hezbolá admitió haber atacado vehículos armados israelíes, y Hamás afirmó haber lanzado unos 20 cohetes desde el Líbano hacia el norte de Israel. Este cruce de ataques contribuye a un escenario regional más amplio y complejo, ya que involucra a varios actores con intereses divergentes y agendas políticas que van más allá de las fronteras nacionales.
A nivel internacional, el general más alto de Estados Unidos advirtió a Irán que evite involucrarse en la crisis, lo que refleja el temor de una posible escalada regional que podría agravar aún más la situación en Medio Oriente.
La crisis actual entre Israel y Hamás ha desencadenado una respuesta militar significativa por parte de Israel, que ha prometido aniquilar a Hamás tras los ataques de esta organización en ciudades israelíes, dejando a cerca de 1.300 personas muertas en un ataque particularmente devastador.
Los acontecimientos recientes exacerban las tensiones en una región ya cargada de conflictos históricos y actuales, con una mezcla compleja de actores estatales y no estatales, cada uno con sus propios intereses y agendas en juego. La amenaza de Israel hacia Líbano en el contexto de la participación de Hezbolá ilustra la intrincada red de relaciones y conflictos en la región, y resalta la necesidad de soluciones diplomáticas y dialogadas para evitar una escalada mayor que podría tener repercusiones desastrosas a nivel regional e internacional.