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Presidentes con más desaprobación en Latinoamérica

Una encuesta reveló quiénes son los presidentes con más desaprobación en Latinoamérica en 2025, con cifras que reflejan el desgaste del liderazgo político en la región.

Los presidentes con más desaprobación en Latinoamérica en 2025 enfrentan un panorama sombrío: protestas, escándalos y una ciudadanía cada vez más desencantada. La región atraviesa una crisis de gobernabilidad donde la mayoría de los mandatarios elegidos en las urnas son ahora rechazados por más de la mitad de sus pueblos.

Desde el altiplano boliviano hasta el Caribe venezolano, las encuestas revelan una tendencia clara: mandatarios de izquierda, centro y derecha han perdido el respaldo popular en medio de una ola de descontento social, reformas truncadas y promesas incumplidas.

Este artículo se basa en el más reciente ranking de imagen presidencial elaborado por CB Consultora Opinión Pública, publicado en mayo de 2025, que midió la aprobación y desaprobación de mandatarios. A continuación, presentamos a los presidentes con más desaprobación en Latinoamérica, en orden descendente.

Ranking de los presidentes con más desaprobación en Latinoamérica

Dina Boluarte (Perú) – 75.1 % de desaprobación

Encabeza el listado. Su gobierno ha sido señalado por escándalos como el uso de relojes de lujo no declarados, represión a manifestantes y falta de conexión con las necesidades reales de la población. El rechazo ciudadano es mayoritario y sostenido.

Luis Arce (Bolivia) – 72.0 % de desaprobación

Con serias divisiones dentro de su partido y una economía en deterioro, Arce enfrenta una crisis de legitimidad. La presión de Evo Morales y los constantes conflictos sociales lo posicionan como uno de los líderes más impopulares de la región.

Nicolás Maduro (Venezuela) – 68.5 % de desaprobación

Después de más de una década en el poder, la desaprobación de Maduro continúa elevada. La migración masiva, la hiperinflación y la represión estatal alimentan un rechazo profundo tanto dentro como fuera del país.

Gustavo Petro (Colombia) – 59.7 % de desaprobación

El presidente colombiano ha perdido apoyo incluso entre sus votantes. Reformas inconclusas, confrontación con sectores económicos y un discurso divisivo explican su caída en popularidad.

Gabriel Boric (Chile) – 55.7 % de desaprobación

Boric enfrenta el desgaste de dos procesos constitucionales fallidos y una ciudadanía cada vez más escéptica. La inseguridad y el lento avance en reformas estructurales han mermado su imagen pública.

Santiago Peña (Paraguay) – 49.0 % de desaprobación

Menos visible que sus pares, Peña ha sido criticado por falta de liderazgo claro y una gestión considerada continuista y sin resultados visibles. La percepción de estancamiento ha influido en su creciente impopularidad.

Javier Milei (Argentina) – 48.3 % de desaprobación

Aunque fue elegido con un discurso antisistema, su programa de ajuste económico ha tenido un alto costo social. La respuesta callejera ha sido inmediata, ubicándolo en el centro del rechazo público.

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Lula da Silva (Brasil) – 48.8 % de desaprobación

Su tercer mandato no ha logrado entusiasmar al electorado. La situación económica estancada y las tensiones con la oposición alimentan el creciente descontento hacia su figura.

Yamandú Orsi (Uruguay) – 47.2 % de desaprobación

Uruguay vive una situación más estable, pero Orsi ha perdido apoyo por su lentitud en implementar reformas. Aunque lejos de un colapso de imagen, su gestión empieza a generar dudas.

Daniel Noboa (Ecuador) – 45.7 % de desaprobación

Cierra el ranking de los presidentes con más desaprobación en Latinoamérica. Noboa ha sido criticado por falta de resultados en seguridad y por su estilo confrontacional con la Asamblea. Su imagen, antes fresca, se deteriora con rapidez.

¿Por qué tantos presidentes tienen tan mala imagen?

La mayoría de los presidentes con más desaprobación en Latinoamérica enfrentan factores comunes:

  • Altos niveles de inseguridad ciudadana.
  • Inflación, desempleo y crisis económicas persistentes.
  • Corrupción o falta de transparencia.
  • Reformas frustradas o bloqueadas por el Congreso.
  • Un electorado que se ha vuelto más exigente y menos paciente.

Desaprobación como síntoma de crisis democrática

Los niveles de desaprobación actuales no solo reflejan frustración con los gobiernos. También evidencian un deterioro más amplio de la relación entre la ciudadanía y las instituciones democráticas. En este escenario, gobernar se vuelve más difícil, y la legitimidad se desgasta incluso antes de la mitad del mandato.

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