Miles de personas extranjeras que residen en España están encontrando una alternativa concreta para permanecer en el país de manera regular. El proceso, conocido como arraigo por formación —recientemente renombrado como arraigo socioformativo—, se ha convertido en una de las vías más utilizadas por migrantes en España desde su implementación tras la reforma del reglamento de extranjería en 2022. Su crecimiento silencioso está cambiando la realidad de quienes antes no tenían acceso a una residencia en España.
¿Qué es el arraigo por formación?
Desde que se habilitó el arraigo por formación, miles de personas extranjeras han iniciado el trámite para obtener un permiso de residencia. Este proceso de regularización permite a quienes han permanecido en España durante al menos dos años, solicitar un permiso si se comprometen a cursar estudios de formación profesional o capacitaciones incluidas en el catálogo oficial.
A diferencia de otras opciones, el arraigo por formación no exige una oferta de empleo previa ni tener familia directa en el país. Esto ha facilitado el acceso a la residencia en España para migrantes en España que viven en condiciones de informalidad, sin contrato laboral o sin redes de apoyo. Organizaciones como CEAR y Fundación Migrar han reportado un aumento del 40 % en solicitudes durante el último año.
Requisitos para iniciar el trámite
El primer requisito es demostrar una permanencia continua de al menos dos años en territorio español. Esto puede acreditarse con empadronamientos, consultas médicas, contratos de alquiler o movimientos bancarios. Cumplido ese paso, el migrante debe inscribirse en un curso autorizado de al menos 200 horas.
El curso debe formar parte del Registro Estatal de Centros Docentes No Universitarios o ser una formación profesional acreditada por las comunidades autónomas. Al presentar la solicitud ante la Oficina de Extranjería, es necesario anexar pasaporte, justificantes de estancia, inscripción al curso y una declaración firmada de compromiso.
Quiénes están accediendo a este proceso
Los principales solicitantes del arraigo por formación provienen de países como Colombia, Venezuela, Honduras, Perú y Ecuador. Muchos llegaron a España como turistas o por vías alternativas, y encontraron en este proceso una oportunidad concreta para salir de la irregularidad.
El perfil más común son adultos entre 25 y 45 años, con experiencia previa en oficios o profesiones que no han podido ejercer por su condición migratoria. Algunos de los cursos más demandados incluyen técnicos en cuidado de personas, cocina, electricidad y logística.
Beneficios para la vida de los migrantes
El acceso al permiso de residencia transforma por completo la vida de miles de migrantes en España. Permite abrir cuentas bancarias, acceder a servicios de salud, alquilar vivienda y trabajar legalmente una vez completada la formación. El proceso de regularización también ofrece estabilidad emocional y la posibilidad de reactivar proyectos personales detenidos por años.
Además, una vez terminado el curso, el migrante puede solicitar un permiso de trabajo siempre que encuentre una oferta relacionada con lo estudiado. Esta transición ha permitido que muchos accedan a empleos formales en menos de un año.
Consideraciones importantes
Aunque el proceso es accesible, no garantiza automáticamente la residencia permanente. Tampoco permite trabajar durante la etapa de estudio. Es fundamental cumplir con todos los requisitos y evitar errores en la documentación, ya que cualquier inconsistencia puede llevar al rechazo de la solicitud.
Abogados especializados recomiendan asesorarse antes de comenzar y confirmar que el centro de estudios esté debidamente acreditado. Algunas plataformas ofrecen cursos no homologados que no son válidos para el trámite, lo que ha generado frustración entre migrantes mal informados.
Una vía que cambia vidas
El arraigo por formación ha abierto una puerta concreta para miles de personas extranjeras en España. Su estructura sencilla, basada en permanencia y compromiso con la formación, lo ha convertido en el proceso de regularización más accesible de los últimos tiempos. Para quienes vivían en la incertidumbre, representa la posibilidad de construir una nueva vida sin miedo, con derechos y con proyección a largo plazo.