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Psiquiatras aseguran que llorar viendo una película demuestra señales de inteligencia emocional

La inteligencia emocional, que abarca la autoconciencia, la autorregulación, la motivación y las habilidades sociales, desempeña un papel fundamental en las emociones humanas.  

El cine, donde las historias se desarrollan y las emociones se desatan, suele percibirse el llanto como un signo de vulnerabilidad. 

Sin embargo, nuevos conocimientos de la neurociencia desafían esta noción, sugiriendo que si te encuentras llorando durante una película, podría ser un indicador de tu fortaleza emocional.  

El neurocientífico Paul Zak, famoso por su investigación sobre los efectos de las historias convincentes, ha profundizado en las complejidades de nuestras respuestas emocionales a las experiencias cinematográficas.  

Sus estudios revelan que ver películas cargadas de emociones puede desencadenar la liberación de oxitocina, una hormona asociada con los vínculos afectivos y la empatía. 

La oxitocina como «regulador de volumen» 

La exploración de Zak sobre la neuroquímica de la narración ha descubierto una conexión fascinante entre las lágrimas y la liberación deoxitocinaLa oxitocina, a la que a menudo se denomina la “hormona del amor”, no se limita únicamente a promover sentimientos de afecto.  

Según otra eminencia en este campo, el neurocientífico Robert Froemke, investigaciones recientes han revelado el papel de la oxitocina como “regulador del volumen” del cerebro.  

Esto significa que la hormona actúa como un amplificador que intensifica la actividad cerebral relacionada con las emociones que uno está experimentando en ese momento.  

En el contexto de las lágrimas inducidas por las películas, la oxitocina puede estar mejorando la profundidad del compromiso emocional, convirtiendo lo que puede parecer una vulnerabilidad en un testimonio de resiliencia emocional. 

La inteligencia emocional y el poder de la empatía 

El psicólogo Daniel Goleman, una figura destacada en el ámbito de la inteligencia emocional, postula que la empatía es una piedra angular de la fortaleza emocional.  

La inteligencia emocional, que abarca la autoconciencia, la autorregulación, la motivación y las habilidades sociales, desempeña un papel fundamental en la navegación por la compleja red de emociones humanas.  

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Las ideas de Goleman proporcionan un marco para comprender por qué derramar lágrimas durante las películas podría ser en realidad una manifestación de inteligencia emocional en lugar de una debilidad. 

El poder catártico de las lágrimas 

La capacidad de derramar lágrimas en respuesta a una narración ficticia dice mucho sobre la riqueza del espectro emocional de una persona.  

Si bien algunas personas pueden desestimar las lágrimas como un signo de fragilidad, de hecho pueden ser un indicador de la capacidad de una persona para involucrarse profundamente con sus emociones.  

En un mundo que a menudo alienta la supresión emocional, permitirse llorar significa una voluntad de enfrentar y aceptar todo el espectro de sentimientos humanos. 

Además, los efectos fisiológicos del llanto son notables. Las lágrimas emocionales, a diferencia de las lágrimas reflejas, contienen hormonas del estrés, lo que proporciona una salida tangible para la liberación de las emociones reprimidas.  

Este proceso catártico no solo ofrece alivio emocional, sino que también sirve como una forma de autocuidado.  

Al derramar lágrimas en respuesta a una película, las personas demuestran un compromiso activo con su bienestar emocional, un aspecto crucial de la fortaleza y la resiliencia generales. 

Lazos comunitarios y compartir la fuerza en las lágrimas 

Es esencial reconocer que la fuerza de las lágrimas se extiende más allá del individuo.  

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Las experiencias emocionales compartidas, como ver una película impactante, pueden fortalecer los vínculos sociales.  

La oxitocina, con su papel en el fomento de las conexiones sociales, desempeña un papel en este aspecto comunitario de las lágrimas inducidas por las películas.  

La vulnerabilidad compartida de expresar emociones en un entorno colectivo crea una sensación de unidad y humanidad compartida, lo que refuerza la idea de que derramar lágrimas no es un acto solitario sino un reconocimiento comunitario de nuestro tapiz emocional compartido. 

Llorar no es un signo de debilidad 

Una razón por la que llorar en las películas se ha visto como un signo de debilidad emocional es que llorar, especialmente llorar en respuesta al dolor de los demás, se considera un comportamiento estereotípicamente femenino. 

Si a eso le sumamos que la oxitocina y su relación con la empatía y el vínculo social están fuertemente asociadas con la maternidad, se establece la conexión llanto = mujer = débil. 

Pero no hay nada de malo en demostrar inteligencia emocional. El llanto emocional es un comportamiento exclusivamente humano. Las buenas películas nos sumergen en otro mundo, provocando emociones intensas y desencadenando procesos biológicos en nuestro cerebro. 

De repente, estar inundado de lágrimas demuestra una fuerte respuesta de empatía. Balbucea y siéntete orgulloso de tu inteligencia emocional, y tal vez busques películas que hagan llorar para ver la respuesta emocional de tus amigos. 

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