Un horroroso hallazgo hizo la Policía de París, en Francia, al encontrar los restos de una mujer desmembrada en el parque Buttes Chaumont en pleno centro de esta ciudad.
Cuenta el frio informe de las autoridades que el pasado lunes apareció el torso y este martes la cabeza y otras partes.
Cuenta la Policía a medios franceses que el misterio es absoluto, ya que no ha sido hasta este miércoles cuando han podido identificar a la víctima.
Se trataría de una mujer de 46 años, cuya desaparición había sido denunciada por su marido días atrás.
De acuerdo con las autoridades los responsables del mantenimiento del parque estaban limpiando entre los matorrales cuando encontraron una bolsa de basura sospechosa bien emarrada.
“Cuando la abrieron, encontraron un torso de mujer e inmediatamente llamaron a la policía”, dicen los medios locales.
Los datos
François Dagnaud, responsable del distrito 19 al que pertenece el parque, confirmó que el sitio se mantendrá en máxima alerta y las autoridades se han tomado como prioridad la investigación de este suceso.
“El recinto, de hecho, había sido ya cerrado al momento en la que se encontraron la cabeza y otros restos, entre los que está una pelvis, cerca de unas vías cercanas”, dijo Dagnaud.
Los parisinos se encuentran en estado de conmoción, porque este no es el primer suceso, ni mucho menos, en los últimos tiempos.
Según varias encuestas, la preocupación por la inseguridad está creciendo hasta límites muy por encima de lo esperado, rozando el 70% en las más pesimistas.
Esta escena recuerda el caso de Lola
Los parisinos quedaron impactados con el asesinato de una colegiala de 12 años, cuyo cuerpo fue encontrado en octubre pasado en una caja en el patio de su edificio.
La niña, de nombre Lola, había pasado el día en la escuela, pero su padre dio la alarma cuando descubrió que no había vuelto a casa por la tarde.
Esa misma noche se informó de la llegada de una caja de embalaje de plástico al pie del edificio donde vivían, un bloque residencial en el distrito 19 donde el padre de Lola trabaja como conserje.
El cuerpo estaba aplastado dentro de la caja, oculto por una cubierta de tela. Tenía las manos y los pies atados y se informó que lucía un corte en el cuello.
La Policía y el caso Lola
Las autoridades arrestaron a quien sería la principal sospechosa del asesinato, una mujer de 24 años nacida en Argelia, llamada Dahbia B. por la prensa.
La mujer fue identificada en un video de seguridad grabado en el edificio. En él se la ve entrando por la puerta principal el viernes por la tarde en compañía de Lola.
Posteriormente sale del edificio empujando una caja, y luego es grabada actuando de manera incoherente en la calle. Un testigo dijo que pidió ayuda a cambio de dinero de un “asunto de tráfico de órganos”.
Sin embargo, la policía dijo que no creía que se tratara de una pista seria. Su teoría más plausible es que Dahbia B., que no tiene domicilio fijo, es psicológicamente inestable.
También está bajo custodia un hombre de 43 años que se cree que transportó a Dahbia B. y la caja en su automóvil.
La policía cree que, después de haberla llevado en coche por los suburbios de París, Dahbia B. regresó al edificio, donde también reside su hermana.
¿Por qué las personas descuartizamos a otras?
Cuando se habla de asesinos con frecuencia se recurre a las palabras “monstruos” o “perversos” para calificarlos, como si fueran seres de otra especie aparte.
Julia Shaw, una psicóloga criminalista lleva años explorando los rincones más oscuros de la mente humana y la capacidad para hacer daño.
Dice la experta que, “los humanos siempre hemos matado los unos a los otros cuando nos sentimos amenazados o tenemos algo que ganar”.
En mi libro ‘Hacer el Mal’ hablo de varios estudios al respecto. En uno de esos estudios la mayoría de los participantes confesaron que habían tenido fantasías sobre el asesinato: fantaseaban con matar a personas.
“Estos pensamientos son normales, por suerte llevarlos a la realidad no lo es”, dice la psicóloga.
De hecho, “jugar con estas cosas podría ayudarnos a tomar mejores decisiones porque, una vez que hemos jugado con el horror en nuestras mentes, es probable que decidamos que en realidad no queramos esas terribles consecuencias”.