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Un estudio revelaría que las personas que se levantan más temprano estarían perdiendo más tiempo que aquellas que lo hacen más tarde

Dormir bien es fundamental para la salud. Asimismo, descansar te permite tener un día productivo físicamente y tener tu mente activa.

Un nuevo estudio ha descubierto que las personas que se levantan temprano por la mañana tienden a perder más tiempo que aquellos que se despiertan tarde.  

La investigación, llevada a cabo en más de 5.000 participantes, reveló que los que madrugan a menudo se dedican a tareas no esenciales como el uso excesivo de las redes sociales o la reorganización, mientras que los que se levantan tardíamente se centran más en completar sus prioridades. 

Los científicos creen que la diferencia radica en cómo los individuos perciben el tiempo.  

Los madrugadores sienten que tienen más horas en el día, lo que lleva a la procrastinación, mientras que quienes duermen mucho más, con menos tiempo disponible, trabajan más deliberadamente para terminar tareas importantes.  

Esto desafía la noción tradicional de que despertarse temprano está inherentemente vinculado a la productividad y el éxito. 

Sin embargo, los críticos argumentan que el estudio pasa por alto factores como las expectativas laborales y los hábitos personales. 

La productividad entre la calidad y la cantidad

Los madrugadores aún pueden lograr más en un día más largo, mientras que los dormilones a menudo enfrentan dificultades en culturas laborales rígidas orientadas a la mañana. 

Los hallazgos han provocado discusiones sobre la reevaluación de creencias antiguas sobre la productividad.  

Los expertos sugieren centrarse en la gestión eficaz del tiempo en lugar de vincular el éxito a horas de vigilia concretas. 
 
Este estudio arroja luz sobre cómo los individuos pueden maximizar su potencial, independientemente de su horario de sueño, cuestionando si las madrugadas son verdaderamente la clave de oro del éxito. 

Los beneficios de dormir a tarde 

Tenemos tantas exigencias de tiempo (trabajo, familia, recados), por no hablar de encontrar tiempo para relajarnos.  

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Para poder hacer todo, a menudo sacrificamos el sueño. Pero el sueño afecta tanto a la salud mental como a la física. Es vital para el bienestar. 

Por supuesto, el sueño te ayuda a sentirte descansado cada día, pero mientras duermes, tu cerebro y tu cuerpo no se apagan sin más.  

Los órganos y procesos internos trabajan arduamente durante toda la noche. 

“El sueño afecta de una forma u otra a todos los aspectos de nuestro cuerpo: a nivel molecular, al equilibrio energético, así como a la función intelectual, el estado de alerta y el estado de ánimo”, afirma el Dr. Merrill Mitler, experto en sueño y neurocientífico del NIH. 

Cómo repercute en tus tareas diarias

Cuando estás cansado, no puedes rendir al máximo. El sueño te ayuda a pensar con más claridad, a tener reflejos más rápidos y a concentrarte mejor.  

“El hecho es que, cuando observamos a las personas bien descansadas, funcionan a un nivel diferente al de las personas que intentan sobrevivir con una o dos horas menos de sueño por noche”, afirma Mitler. 

La falta de sueño afecta a los niveles superiores de razonamiento, resolución de problemas y atención a los detalles”, explica Mitler. 

Las personas cansadas tienden a ser menos productivas en el trabajo y tienen un riesgo mucho mayor de sufrir accidentes de tráfico.  

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La falta de sueño también influye en el estado de ánimo, lo que puede afectar a la forma en que interactuamos con los demás.

El sueño y tu estado de ánimo

Un déficit de sueño a lo largo del tiempo puede incluso ponernos en mayor riesgo de desarrollar depresión. 

Pero el sueño no solo es esencial para el cerebro. “El sueño afecta a casi todos los tejidos de nuestro cuerpo”, afirma el Dr. Michael Twery, experto en sueño del NIH.  

Afecta al crecimiento y al estrés”. hormonas, nuestro sistema inmunitario, apetito, respiración, presión arterial y cardiovascularsalud». 

Las investigaciones demuestran que la falta de sueño aumenta el riesgo de padecer obesidad, enfermedades cardíacas e infecciones. 

A lo largo de la noche, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial aumentan y disminuyen, un proceso que puede ser importante para la salud cardiovascular.  

El sueño y la relación con tu peso

Durante el sueño, el cuerpo libera hormonas que ayudan a reparar las células y a controlar el uso de energía del cuerpo. Estos cambios hormonales pueden afectar el peso corporal. 

“Las investigaciones en curso muestran que la falta de sueño puede producir afecciones similares a la diabetes en personas por lo demás sanas”, afirma Mitler. 

Estudios recientes también revelan que el sueño puede afectar la eficacia de las vacunas.  

Twery describió una investigación que muestra que las personas bien descansadas que recibieron la vacuna contra la gripe desarrollaron una mayor protección contra la enfermedad. 

Horas estimadas del sueño según la edad 

Aunque las necesidades personales varían, en promedio, los adultos necesitan de 7 a 8 horas de sueño por noche. Los bebés suelen dormir alrededor de 16 horas al día.  

Los niños pequeños necesitan al menos 10 horas de sueño, mientras que los adolescentes necesitan al menos 9 horas.  

Para obtener los máximos beneficios reparadores del sueño, es importante dormir toda la noche con calidad, dice Twery. 

Hay muchas cosas que pueden alterar el sueño. Los estimulantes como la cafeína o ciertos medicamentos pueden impedir que te duermas.  

Las distracciones como los aparatos electrónicos (especialmente la luz de los televisores, los teléfonos móviles, las tabletas y los lectores electrónicos) pueden impedir que te duermas. 

A medida que las personas envejecen, es posible que no duerman lo suficiente debido a enfermedades, medicamentos o trastornos del sueño.  

Los que no pueden dormir

Según algunas estimaciones, alrededor de 70 millones de personas en Estados Unidos de todas las edades padecen problemas crónicos del sueño.  

Los dos trastornos del sueño más comunes son el insomnio y la apnea del sueño. 

Las personas que padecen insomnio tienen problemas para conciliar el sueño o para mantenerlo. La ansiedad por conciliar el sueño suele empeorar la afección.  

La mayoría de nosotros padecemos insomnio ocasional, pero el insomnio crónico puede desencadenar problemas graves durante el día, como agotamiento, irritabilidad y dificultad para concentrarse. 

Las terapias más habituales incluyen técnicas de relajación y respiración profunda.  

A veces se recetan medicamentos, pero consulta con un médico antes de probar incluso pastillas para dormir de venta libre, ya que pueden hacer que te sientas sin energías por la mañana. 

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