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Un estudio sugiere que acurrucarse unos minutos más por la mañana mejora el ánimo

Estudios científicos sugieren que acurrucarse por la mañana, ya sea con unos minutos extra en la cama o con abrazos, ayuda a reducir el estrés y mejorar el ánimo durante el día.

De hábito cuestionado a práctica con respaldo científico

Durante mucho tiempo, quedarse en la cama después de la alarma fue considerado un signo de pereza o falta de disciplina. Sin embargo, la percepción comienza a cambiar. Un grupo de investigadores de la Universidad de Estocolmo estudió los efectos de usar el botón de “snooze”, esa función que permite retrasar el momento de levantarse unos minutos. Los resultados, publicados en 2022, mostraron que quienes se daban esa pausa extra no veían afectada su memoria de trabajo ni su productividad. Al contrario, muchos participantes reportaron un despertar más claro y menos brusco. Esto sugiere que acurrucarse por la mañana podría ser una herramienta útil para iniciar el día con mayor calma.

La ciencia detrás de los abrazos matutinos

El bienestar emocional no depende únicamente de las horas de sueño. Un estudio publicado en la revista PLOS One siguió a más de 400 adultos y encontró que, en los días en que recibían abrazos, reportaban menos emociones negativas y más calma. El efecto incluso se mantenía al día siguiente, lo que indica que el contacto físico temprano puede tener beneficios sostenidos en el estado de ánimo. Un gesto tan cotidiano como acurrucarse o compartir un abrazo al despertar podría actuar como una “inyección” emocional capaz de influir en el resto del día.

Qué ocurre en el cuerpo cuando nos acurrucamos

Los especialistas en neurociencia explican que este fenómeno tiene raíces biológicas. Al acurrucarse por la mañana o recibir un abrazo, el cuerpo libera oxitocina, conocida como la hormona del bienestar, mientras que los niveles de cortisol —asociados al estrés— disminuyen. Este equilibrio hormonal ayuda a reducir la tensión y genera una sensación de seguridad. Además, el contacto físico activa zonas cerebrales relacionadas con la confianza y la regulación emocional, reforzando así su efecto positivo.

Un refuerzo que no reemplaza el descanso

Aunque los minutos adicionales en la cama y los abrazos ofrecen beneficios, los expertos aclaran que no reemplazan un sueño reparador. Dormir entre siete y nueve horas sigue siendo indispensable para mantener un buen rendimiento físico y mental. El hábito de acurrucarse debe entenderse como un complemento, no como un sustituto. Crear un entorno adecuado para dormir, evitar pantallas antes de acostarse y mantener horarios regulares son medidas esenciales para potenciar el bienestar general.

Testimonios que coinciden con la evidencia

Muchas personas han empezado a integrar estos gestos en su rutina diaria. Algunos describen que ese instante adicional de descanso les permite procesar mentalmente el día que comienza. Otros destacan el efecto emocional de un abrazo matutino, que los conecta con sus seres queridos antes de enfrentarse a las exigencias del trabajo o los estudios. Aunque se trata de percepciones individuales, coinciden con lo que reflejan los estudios científicos: pequeños cambios en la rutina pueden producir una mejora notable en la forma de afrontar el día.

Cómo aprovechar mejor esos minutos extra

Los especialistas recomiendan utilizar el “snooze” de manera consciente, limitándolo a intervalos de cinco minutos para evitar alterar los ciclos de sueño. También sugieren emplear ese tiempo en estirarse suavemente o practicar respiración profunda, lo que facilita una transición más natural hacia la vigilia. En el caso de los abrazos, no importa si son compartidos con la pareja, un hijo o incluso un gesto de autocuidado como un autoabrazo. La clave está en convertir ese contacto en una rutina diaria que ayude a iniciar el día con más serenidad.

Un pequeño hábito con gran impacto

Los hallazgos de la ciencia abren la puerta a revalorizar lo que antes se consideraba un simple capricho matutino. Acurrucarse por la mañana no solo brinda confort inmediato, sino que puede contribuir a un mejor estado de ánimo y a una mayor resiliencia frente al estrés cotidiano. Aunque no sustituye el descanso adecuado, sí representa un hábito sencillo, gratuito y accesible para casi todas las personas.

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