Publicidad

Los peores presidentes de la historia de Colombia

La historia reciente de Colombia ha sido una sucesión de desafíos políticos, sociales y económicos que han puesto a prueba la resiliencia de su gente. Entre golpes de Estado, procesos de paz fallidos, escándalos de corrupción y crisis de legitimidad, algunos mandatarios se destacaron por agravar la división y la desconfianza ciudadana. Al analizar a los peores presidentes de colombia, podemos entender mejor cómo sus decisiones —o su falta de ellas— contribuyeron a profundizar heridas que aún hoy cuestan cicatrizar. Este artículo propone un ranking de los diez gobernantes que, del puesto 10 al 1, dejaron huellas imborrables en el tejido nacional, con Iván Duque ocupando el primer lugar por los niveles récord de rechazo y Gustavo Petro siguiéndole muy de cerca en términos de polarización y cuestionamientos públicos.


10. Gustavo Rojas Pinilla (1953–1957)

Gustavo Rojas Pinilla llegó al poder tras un golpe de Estado que disolvió el Congreso y suspendió las garantías constitucionales. Bajo el pretexto de restaurar el orden, instauró un régimen militar que limitó la libertad de prensa y persiguió a sus opositores políticos.

Su gestión destinó grandes recursos a megaproyectos de infraestructura, como la carretera al Mar Caribe, pero lo hizo endeudando al Estado y sin supervisión transparente. El desequilibrio fiscal que generó complicó décadas de estabilidad económica.

La represión política, las censuras y el autoritarismo de Rojas Pinilla sembraron un precedente peligroso de uso de la fuerza contra la disidencia. Por eso aparece en esta lista de los peores presidentes de colombia, con un legado que hipotecó la gobernabilidad democrática.


9. Laureano Gómez (1950–1951)

Laureano Gómez, sucesor de Mariano Ospina Pérez, asumió un mandato marcado por la censura de prensa y la persecución religiosa. Su retórica caudillista y simpatías hacia modelos autoritarios europeos avivaron odios partidistas.

Mediante decretos de excepción, limitó drásticamente la libertad de opinión y facultó a las autoridades para detener a críticos y opositores sin garantías procesales. La polarización política alcanzó niveles insostenibles.

En menos de dos años, su gobierno terminó derrocado por un golpe militar. Su cortísimo mandato quedó grabado como un ejemplo temprano de intolerancia y clemencia cero ante cualquier disenso, consolidando su posición en el ranking de mandatarios más nefastos.


8. Miguel Abadía Méndez (1926–1930)

Durante el gobierno de Miguel Abadía Méndez, Colombia vivió uno de sus episodios más trágicos: la Masacre de las Bananeras. Obreros de la United Fruit Company levantaron huelgas por mejores condiciones, y la respuesta del Ejército fue abrir fuego contra ellos.

El saldo oficial es incierto, pero se estima que cientos murieron o desaparecieron. Abadía Méndez decidió no procesar a los responsables y mantuvo la impunidad de las élites conservadoras.

Este episodio alimentó resentimientos rurales y encendió el fuego de futuros conflictos armados. Por su tolerancia ante la violencia estatal contra trabajadores indefensos, Abadía Méndez se posiciona en esta lista de los peores presidentes de colombia.

- Patrocinado -

7. César Gaviria (1990–1994)

César Gaviria heredó la presidencia tras el asesinato de Luis Carlos Galán y asumió con la promesa de derrotar al narcotráfico. Si bien impulsó capturas de capos célebres, la violencia urbana y los homicidios no cesaron.

Su programa de “apertura económica” y privatizaciones modernizó sectores, pero también dejó vacíos regulatorios que fueron explotados por mafias y grandes corporaciones. La percepción de inseguridad siguió alta.

Aunque luego fue secretario general de la OEA, en Colombia su mandato se recuerda por la incapacidad de mejorar la seguridad y la justicia social, colocándolo entre los peores presidentes de colombia en cuanto a orden público.


6. Andrés Pastrana (1998–2002)

Andrés Pastrana apostó por un gran gesto de paz al ceder la Zona de Despeje de Caguán a las FARC, con la esperanza de un alto al fuego definitivo. Sin embargo, la guerrilla aprovechó el territorio para rearmarse y financiarse mediante secuestros y extorsión.

Cuando se descubrió el flujo de armas y recursos hacia el grupo insurgente, el proceso quedó enterrado. La población, frustrada, vio crecer la inseguridad y perdió la fe en soluciones negociadas.

Su mandato acabó con crecientes índices de victimización y un país dividido sobre la mejor estrategia para alcanzar la paz. Por sus malos resultados en el diálogo y la seguridad, Pastrana ocupa el sexto lugar en esta lista.


5. Juan Manuel Santos (2010–2018)

Juan Manuel Santos ganó el Nobel de Paz en 2016 por su impulso al acuerdo con las FARC, pero el plebiscito constitucional lo rechazó, evidenciando el descontento ciudadano. Durante su segundo mandato enfrentó escándalos en el sistema de salud y controversias en pensiones.

La implementación del acuerdo de paz resultó más lenta de lo prometido y la percepción de incumplimiento de promesas generó una brecha entre el gobierno y sectores rurales y urbanos. La esperanza inicial se transformó en desconfianza.

- Patrocinado -

Aunque algunos lo celebran como artífice de la paz, Santos termina señalado por no cumplir expectativas de seguridad y bienestar, balanceándolo como uno de los peores presidentes de colombia en términos de gestión y legitimidad.


4. Ernesto Samper (1994–1998)

El Proceso 8000 conmocionó al país al revelar que su campaña pudo haber recibido dinero del narcotráfico. A pesar de investigaciones exhaustivas, nadie fue condenado, y el escándalo dejó un fuerte estigma de impunidad.

Su presidencia se vio marcada por la desconfianza ciudadana hacia el Ejecutivo, erosionando la credibilidad del Estado. La clase política salió muy cuestionada y la polarización aumentó.

Por permitir que la sombra del narcotráfico se posara sobre la presidencia, Ernesto Samper ocupa el cuarto puesto en la lista de los peores presidentes de colombia.


3. Álvaro Uribe Vélez (2002–2010)

La política de “seguridad democrática” de Álvaro Uribe redujo los homicidios y mejoró la percepción de orden, pero estallaron los falsos positivos: civiles ejecutados y presentados como guerrilleros muertos.

Además, el caso Agro Ingreso Seguro reveló favoritismos en subsidios agrícolas para amigos y aliados, mientras crecía el señalamiento de nexos con grupos paramilitares en varias regiones.

Esa dualidad entre éxito en seguridad y graves violaciones a derechos humanos le vale el penoso tercer lugar entre los peores presidentes de colombia.


2. Gustavo Petro (2022–actual)

Gustavo Petro, primer presidente de izquierda, nació de la esperanza de transformar el modelo económico y social. Sin embargo, su gestión ha estado salpicada de protestas continuas, paros y acusaciones de improvisación.

Las reformas propuestas golpearon la inversión y generaron un repunte en la inflación, mientras las denuncias de nepotismo y falta de claridad en contrataciones erosionaron la confianza de sus aliados.

A pesar de sus promesas de cambio estructural, Petro enfrenta una de las tasas de aprobación más bajas de la historia reciente, colocándose muy cerca en el podio negativo.


1. Iván Duque Márquez (2018–2022)

Iván Duque cierra este ranking con un 70 % de desaprobación en 2022. Su reforma tributaria, que buscaba ampliar el IVA y gravar productos básicos, detonó el Paro Nacional con más de dos meses de protestas masivas.

El manejo de la pandemia recibió críticas por la lentitud en el plan de vacunación y polémicas en la contratación de servicios de testeo y salud pública. El descontento se tradujo en disturbios y cuestionamientos a la fuerza pública.

Entre los peores presidentes de colombia, Duque ocupa la cima por la fragmentación social y la erosión de la confianza en las instituciones que su gobierno profundizó.


A través de estos diez gobiernos, la historia de Colombia demuestra cómo el ejercicio del poder puede fortalecer o quebrar la cohesión social. Reconocer a los peores presidentes de colombia no es solo un balance crítico, sino una lección sobre la importancia de la rendición de cuentas y el respeto a los derechos de todos.

Publicidad