La percepción de la seguridad urbana resulta un tema espinoso por su complejidad, en ciertas zonas del mundo, como Latinoamérica, es tanto un problema como una prioridad en la agenda política.
Latinoamérica da cuenta de 400 asesinatos diarios. Los homicidios han aumentado en la última década a razón de un 3,7% anual.
Esto no significa que todo el territorio sea violento. Además, en la ecuación hay más factores; son varios los aspectos que hacen que una ciudad sea más segura que otras.
Hoy te contaremos sobre algunas de las ciudades más seguras.
Copacabana (Bolivia)
Conocida por la peregrinación, muchos de los que recalan allí lo hacen para encontrar seguridad y no perderla, mientras que otros buscan degustar las maravillas de su patrimonio monumental y geográfico.
Todos estos factores, junto a una población reducida de 6.000 habitantes, contribuyen a incrementar la seguridad.
Allí no se suelen dar más que los típicos robos de las zonas en las que el turismo es un activo económico.
Florianópolis (Brasil)
Capital del Estado de Santa Catalina, se la coloca como uno de los centros turísticos menos peligrosos de Brasil. Dentro de los destinos brasileños, la ciudad ha moderado su crecimiento en la tasa de asesinatos.
Contribuye a esto la calidad de vida y los estándares económicos de los algo más de 500.000 habitantes que conforman la población local, muy por encima de otras urbes brasileñas).
Santiago de Chile (Chile)
Entre las grandes ciudades, Buenos Aires y Santiago de Chile se ocupan puestos destacados en los rankings de seguridad.
El índice de The Economist posicionaba a Santiago como la primera ciudad de la región y la trigésimo tercera del mundo, aun teniendo en cuenta la inestabilidad política de los últimos años.
La capital chilena obtiene 65,3 puntos sobre 100 posibles en el ranking de The Economist.
Eso sí, como toda gran ciudad (su área urbana cuenta con más de 5,6 millones de habitantes), posee una criminalidad característica relacionada con los hurtos o timos en lugares públicos con mucho tránsito.
Medellín (Colombia)
Dentro del elenco de urbes, Medellín destaca por el esfuerzo volcado para sofocar los 381 homicidios por cada 100.000 habitantes de hace tres décadas.
Gracias a su planificación, basada en la inclusión social, la ciudad colombiana de 3,7 millones de habitantes no solo ha logrado reducir su crimen, sino que se ha beneficiado de las innovaciones y hasta recibido un merecido reconocimiento internacional.
Muchas ciudades de Latinoamérica aspiran a seguir su ejemplo, trabajando no solo de forma directa por atajar la criminalidad, sino paliando las desigualdades que la causan.
Pero ¿Qué hace a una ciudad segura?
Disminuir la desigualdad social: Es uno de los factores clave en la creación de una ciudad segura.
La pobreza abona el terreno para el crimen, y lamentablemente gran parte de América Latina aún estás marcada por tasas de desigualdad elevadas.
El hecho de que una pequeña parte de la población acapare la mayor parte de la riqueza, asimismo, impide un crecimiento que beneficie a todos.
Políticas de integración: Tan importante como la distribución adecuada de la riqueza es la integración. Una sociedad puede ser pobre, pero mientras esté cohesionada tendrá cierta resistencia a la criminalidad.
Los problemas se multiplican cuando los niños pierden a sus padres a manos de la delincuencia y abandonan los estudios, anulando sus oportunidades.
Es necesario recuperar a tantos de estos jóvenes como sea posible y sanear socialmente los lugares donde viven para romper este círculo vicioso.
Datos de Latam
Se corresponde con más de la mitad de la superficie del continente americano, y alberga alrededor de 650.000.000 de habitantes en alrededor de 30 naciones.
Sus idiomas predominantes son el español, el portugués y en menor medida el francés.
También existe un conjunto muy diverso de lenguas aborígenes sobrevivientes, como el quechua, el guaraní, el aimara, el wayuunaiki, el náhuatl, entre muchos otros.
Étnicamente, la región es un melting pot, o sea, presenta altos márgenes de mestizaje e hibridación.
Eso significa que hay abundancia de individuos racialmente indeterminables (mestizos), así como espacios en los que predominan los blancos europeos, negros descendientes de africanos o diferentes tipologías indígenas.