La gente pobre sólo trabaja para obtener un sueldo, pagar sus deudas y seguir así mes tras mes. Suena fuerte, pero es así.
Es una visión muy cerrada de la vida, pero, por desgracia, es la que tiene la mayoría de las personas: vivir cada día con lo que cobra por trabajar, y así, el resto de sus vidas.
Por eso, ese tipo de personas nunca van a conseguir ser ricos. El rico se proyecta a sí mismo haciendo que el dinero trabaje para él, no trabajando por dinero.
Con el dinero, lo primero que debemos hacer para plantearnos y solucionar la situación en la que estamos, es dejar de lado los refranes y frases hechas con los que algunos de nuestros ancestros han querido justificar sus épocas de vacas flacas.
Aquello de que “todo está en manos del destino”, o que “la suerte estaba echada”, por ejemplo, son cosas que no debemos decir jamás.
Quizá todo sea más sencillo y nos baste con aprender cuáles son esos hábitos que no permiten que nuestra economía personal o profesional pueda mejorar.
Malos hábitos financieros que incluso son destructores y de los cuales, muy probablemente, no nos hayamos dado cuenta aún.
Gastas demasiado en estilo de vida
Todos los gastos que hacemos pueden dividirse en dos grandes categorías: gastos básicos y gastos de estilo de vida. Los segundos son los que muchas veces nos roban nuestra capacidad de ahorro.
Fumar, muchas salidas de fiesta o comprar café todo el tiempo en la tienda más cara de la colonia son algunos ejemplos.
Este consejo puede sonar a cliché, pero funciona: si te gusta mucho el café, algunos días puedes prepararlo en casa y llevártelo a la oficina.
Estas son algunas ideas sobre hábitos que puedes mejorar, pero seguramente tú podrás encontrar algunos otros.
Recuerda que el ahorro se construye poco a poco para tus propósitos en el futuro, como comprar un carro, una casa o ahorrar para tu retiro.
Compras servicios sin comparar
En un país como México, por ejemplo, 7 de cada 10 personas contratan crédito sin comparar productos en otras instituciones financieras, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2020.
Por ejemplo, si contratas una tarjeta de crédito con grandes beneficios o recompensas, pero no las aprovechas, esa tarjeta puede ser hasta 40 por ciento más cara comparada con una básica.
No pagar seguro médico
“La salud es tu activo más valioso porque es lo que te permite generar patrimonio y disfrutarlo”, dice Luis Manuel Sánchez, director general de la Fundación Finanzas para Niños.
Lo ideal es que, tan pronto inicies tu vida laboral, contrates un seguro de gastos médicos mayores.
Las enfermedades graves, requerir una operación o sufrir un accidente son situaciones a las que todas las personas estamos expuestas pero que no todas podemos enfrentar con lo que tenemos ahorrado en el cochinito.
Mientras más joven eres, más barato es el seguro. Además, (aquí regresamos al tema de los hábitos) el seguro te sale más barato si no fumas.
Tener una única fuente de ingresos
Hay una afirmación evidente que cualquiera puede entender: los ricos tienen varias fuentes de ingresos.
Las personas que tienen un solo flujo de ingresos suelen vivir siempre con miedo, con un estado mental que les angustia y que a veces hasta les hace tomar decisiones equivocadas en cuestiones financieras.
La tranquilidad que proporciona el hecho de tener diferentes fuentes de ingresos y diversificar tus inversiones, es necesaria para la salud mental.
Eso no significa que mañana mismo te busques cualquier segundo empleo y andes como pollo sin cabeza para encontrar tiempo. Se trata de pararte a pensar en lo que te apasiona, lo que te gusta, lo que te hace feliz y obtener ingresos por ello.
Si eres experto en escribir textos, podrías conseguir un plus de dinero haciendo blogs o trabajando de copywriter para alguna empresa.
Si se te da bien la informática e incluso has estudiado algo que tenga que ver con ello, quizá puedes ofrecer online tus servicios para hacer webs de nuevas empresas o de gente que busque quien se lo haga.
Existen a día de hoy muchas formas de obtener ingresos pasivos sin moverte de tu casa. Solo te hace falta un poco de tiempo para pensar en ello.
No tener fondo de emergencia
El fondo de emergencias es un ahorro que te va a ayudar a enfrentar (sí, adivinaste) imprevistos.
Por ejemplo, si le diste un “llegue” a tu coche, tienes que pagar el deducible para que tu seguro responda. Para eso es el fondo de emergencias.
O si perdiste tu chamba, este ahorro te puede ayudar a hacer frente a tus gastos inmediatos como renta, comidas y transporte.
Expertos en economía recomienda que tu fondo de emergencias sea de entre tres y seis meses de tu sueldo actual.
