En la tradición católica, las de San Malaquías son tan infames como controvertidas.
Malaquías fue el arzobispo católico y se le recuerda sobre todo por dos listas de profecías que se le atribuyen, pero que aparentemente fueron escritas varios siglos después de su muerte.
Según su hagiógrafo, el religioso Bernardo de Claraval, Malaquías tenía un origen noble, siendo hijo del Lector de Armagh.
San Celso le ordenó sacerdote en 1119, y en 1123 fue nombrado abad de Bangor. Un año después alcanzó la dignidad de obispo de Bangor y, en 1124, de primado de Armagh.
El Papa muerto
Esto era ya sabido, lo que es realmente ‘nuevo’ e inquietante es la relación de la visita del Papa a Kiev con la profecía de San Malaquías.
A este santo medieval irlandés (1094-1148) se le atribuye una lista de 112 papas:Bergoglio sería el Papa número 112. Todos los papas están acompañados por un lema o leyenda.
“En la última persecución de la Santa Iglesia, ocupará el trono Pedro el Romano II, que hará pastar a sus ovejas en medio de numerosas tribulaciones; pasadas estas tribulaciones, la ciudad de las siete colinas será destruida y el juez terrible juzgará al pueblo”.
En otras profecías, como la de Fátima, se habla de que el último Papa será asesinado a tiros por soldados en lo alto de una colina.
Normalmente se entiende que la ciudad de las siete colinas es Roma. Sin embargo, no es la única que reclama la circunstancia de estar construida sobre siete promontorios.
Pues bien: una de ellas es Kiev. Las leyendas sobre su fundación hablan de que tres hermanos y una hermana de una familia real buscaban un lugar donde establecerse tras la destrucción de su reino.
Y vagaron hasta que un día Kyi, Schek, Horiv y Lybid llegaron a la orilla del río Dnipro, donde encontraron un lugar encuadrado por siete colinas. Allí fundaron Kiev.
La profecía sobre Irlanda
La obra fue publicada a fines del siglo XVIII por el monje benedictino e historiador francés Dom Mabillón (1632-1707). Según él, esta obra era un «antiguo manuscrito preservado en Claraval».
Este texto ―que se supone escrito por Malaquías― hace referencia a los sucesos futuros en Irlanda.
Su redacción, muy distinta a la de la profecía de los papas, predice que Irlanda caerá en manos de los ingleses y sufrirá persecuciones y calamidades de todo tipo durante «una semana de siglos» (supuestamente entre fines del siglo XII y fines del siglo XIX).
Transcurrido este tiempo, Irlanda sería «liberada de sus opresiones», sufriría toda clase de castigos terribles, y entonces desempeñaría un papel prioritario en la conversión de Inglaterra al catolicismo.
Las «profecías» que acierta es la aparición del anglicanismo en Inglaterra en 1536 y la semana de siglos de persecuciones y calamidades, liberándose Irlanda tras la Primera Guerra Mundial.
Controversias
Según la hipótesis del Abad Cucherat (1871), san Malaquías escribió la profecía en Roma, entre los años 1139 y 1140 cuando visitaba al Papa Inocencio II para reportarle los asuntos de su diócesis.
Entonces entregó su manuscrito al Papa para consolarlo en sus tribulaciones. El Papa guardó el manuscrito en los archivos romanos donde quedó olvidado hasta su descubrimiento en el 1590.4
Si la elección de Francisco fue inválida, Benedicto XVI habría extendido su pontificado hasta el 31 de diciembre de 2022, por lo tanto, Francisco no entraría a formar parte de los Papas descritos por San Malaquías.
Existen algunas profecías que indican que Petrus Romanus sería electo directamente por San Pedro y San Pablo, así como que la sede de Pedro estaría vacía por 15 meses.
Esto empezarían a contar desde el 31 de diciembre del 2022, fecha del fallecimiento de Benedicto XVI, luego de los cuales tendría lugar la elección milagrosa.
Posible demostración de fraude
El jesuita Claude-François Menestrier (1631-1705) demostró que esta supuesta profecía era un fraude.
En su Réfutation des prétendues prophéties de St Malachie de finales del siglo XVII, Ménestrier observa que las profecías hasta Urbano VII, muerto en 1590, se cumplen con precisión.
Dice que, “los lemas siempre aluden al lugar de origen, al nombre propio o apellido o al escudo del Papa”.
Tomando en cuenta esto, el lema que se debería aplicar a Gregorio XIV (Ex antiquitate urbis) no tiene nada que ver con el origen, el nombre o el escudo de este, pues el cardenal Nicolás Sfrondati había nacido en Soma Lombardo y había sido obispo de Cremona.
Sin embargo, como observa Ménestrier, el cardenal Girolamo Simoncelli era originario de Orvieto (en latín, y etimológicamente, Urbs Vetus).
El autor sigue analizando la lista, y encuentra que desde esa fecha de 1590 ningún papa coincide con el lema presentado por el supuesto Malaquías.
El historiador español José Luis Calvo confirma que hasta el papa Urbano VII (1521-1590) los lemas concuerdan muy bien con los respectivos pontífices y a partir de esa fecha hay que hacer esfuerzos para que coincidan.
Existe la posibilidad de que la profecía haya sido hecha por alguien que utilizó el prestigio del erudito y arqueólogo dominico Alfonso Chacón (Alphonsus Ciacconus), quien comentó los lemas en el texto de 1595 hasta Urbano VII.
El erudito español Benito Jerónimo Feijoo anota en su Teatro Crítico Universal3 que la profecía es apócrifa, que le fue entregada a Alfonso Chacón y que solo tiene precisión hasta Urbano VII, lo que muestra el fraude.
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