La cantidad de escombros que permanece en órbita podría aumentar considerablemente por cambios en la atmósfera causados por las emisiones de dióxido de carbono.
A la órbita se han lanzado miles de cohetes y enviado aún más satélites, desde los albores de la era espacial en la década de 1950 y aún muchos de ellos se encuentran allí.
¿Qué sucederá con los desechos espaciales en los próximos años?
En órbita alrededor de nuestro planeta hay miles de satélites muertos, junto con trozos de escombros de todos los cohetes que hemos lanzado a lo largo de los años, y eso podrían convertirse en un gran problema ecológico en los próximos años. Aunque se han desarrollado algunas técnicas prometedoras, no existe una solución integral para eliminar los residuos espaciales que amenazan con saturar las órbitas bajas.
Como basura espacial se define cualquier pieza de maquinaria o basura dejada por los humanos en el espacio, puede referirse tanto a objetos grandes como a satélites muertos que han fallado o se han dejado en órbita al final de su misión. También puede referirse a cosas más pequeñas, como escombros o manchas de pintura que se han caído de un cohete.
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Matthew Brown, de la Universidad de Southampton asegura que, debido al aumento en los niveles de dióxido de carbono, desde el año 2000 se ha perdido un 21 por ciento de la densidad de la atmósfera a 402 kilómetros de altitud. Para 2100, si se duplican los niveles actuales de dióxido de carbono conforme la evaluación del peor escenario posible que realizó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, esa cifra podría aumentar al 80 por ciento.
Hoy día, hay casi 6.000 satélites que están alrededor de nuestro planeta. De ese total, alrededor del 60% ya dejaron de funcionar y se convirtieron en basura espacial y el 40% todavía siguen operacionales. Son 2.666 los satélites funcionales y de esos 1.646 son comerciales.
Se estima que hay alrededor de 34.000 piezas de basura espacial de más de 10 centímetros de tamaño y millones de piezas más pequeñas que, no obstante, podrían resultar desastrosas si chocaran contra otra cosa. Incluso en el mejor escenario posible, en el que se estabilicen o incluso se reviertan los niveles de dióxido de carbono, se esperaría que se duplique la cantidad de basura espacial. Brown cree que el resultado más probable es como a la mitad, con un aumento de tal vez diez o veinte veces.
Se estima que hay 128 millones de piezas de basura espacial de más de 1 milímetro. Aunque las Naciones Unidas piden que todas las empresas retiren sus satélites de la órbita dentro de los 25 años posteriores al final de su misión. Sin embargo, esto es difícil de hacer cumplir, porque los satélites pueden fallar (y a menudo lo hacen). Para abordar este problema, varias empresas de todo el mundo han ideado soluciones novedosas.
Un vocero de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por su sigla en inglés), mencionó que en la actualidad la mayoría de sus solicitantes usa el Software de Evaluación de Desechos de la NASA para predecir la vida útil de los satélites en las órbitas bajas de la Tierra. “En este momento, no sabemos si hay algún plan para cambiar ese programa con el fin de abordar los cambios en la composición atmosférica que predice el artículo”, comentó. “Cada cierto tiempo, la FCC revisa sus reglas y reglamentos y los actualiza con base en las novedades en el mercado y el conocimiento científico”.