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Los tratamientos contra la infertilidad producen efectos adversos a largo plazo

Según un estudio las mujeres que se someten a tratamientos contra la infertilidad, tienen una probabilidad 2,5 veces mayor de sufrir insuficiencia renal aguda y también de un 65 % mayor de arritmias.

El deseo de millones de mujeres alrededor del mundo es convertirse en madre. Sin embargo, ese deseo no siempre se produce de la forma en que les gustaría, por lo que deciden someterse a estrictos tratamientos para la infertillidad.

Para entender un poco mejor la situación, la tecnología de reproducción asistida engloba a los tratamientos de infertilidad en los que se manipulan óvulos o embriones para mejorar las probabilidades de embarazo.

Dichas terapias pueden implicar la administración de medicamentos para controlar el momento de la ovulación, así como procedimientos como la fertilización in vitro (FIV) o la inyección intracitoplasmática de espermatozoides, durante los cuales los óvulos de una mujer se extraen quirúrgicamente y se fertilizan en un laboratorio antes de volver a implantarlos en su útero.

No obstante, esta solución podría afectar su salud en el futuro. Según investigadores del Reino Unido analizaron más de 106.000 casos de embarazos con técnicas de reproducción asistida y encontraron que las mujeres que se sometieron a tratamientos para concebir tenían más del doble de probabilidad de sufrir daños renales agudos y riesgo de ritmo cardíaco irregular.

En concreto, el estudio publicado en el Journal of the American Heart Association muestra que estas mujeres tenían una probabilidad de 2,5 veces mayor de sufrir insuficiencia renal aguda y también de un 65 % mayor de arritmias.

“Las complicaciones adversas del embarazo, como la hipertensión arterial durante el embarazo, son uno de los factores de riesgo para futuras enfermedades cardiovasculares”. Afirmó la autora del estudio, Pensée Wu.

Mujeres en edad más avanzada corren más riesgo

Esta investigación, también determinó que a mayor edad a la que las mujeres se sometan a los tratamientos, habrá mayor riesgo de presentar estas condiciones.

“Las mujeres mayores recurren cada vez más a las técnicas de reproducción asistida. Sin embargo, la edad materna avanzada, específicamente 35 años o más, aumenta el riesgo de tener o desarrollar complicaciones, como hipertensión arterial crónica, que aumentan el riesgo de problemas en el embarazo”. Dijo Wu.

Con el estudio también pudo determinarse que no solo la edad de las mujeres que concibieron mediante técnicas de reproducción asistida era mayor, 35 años en comparación con los 28 años, sino que también tenían más problemas de salud preexistentes, como hipertensión crónica, obesidad y diabetes.

Asimismo, se obtuvieron datos interesantes sobre la repercusión directa de estos métodos en la gestión. De este modo, un embarazo concebido con estas técnicas de reproducción asistida se asoció con un 57% más de riesgo de sufrir desprendimiento de la placenta, una complicación grave en la que la placenta se separa del revestimiento del útero, un 38% más de riesgo de parto por cesárea y un 26% de parto prematuro.

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Un dato relevante, destaca Wu, es que los riesgos estaban presentes incluso entre aquellas que concibieron con estas técnicas que no tenían factores de riesgo cardiovascular preexistentes.

“Nos sorprendió que la tecnología de reproducción asistida se asociara de forma independiente con estas complicaciones, en lugar de asociarse solo con la existencia de condiciones de salud preexistentes o solo entre las mujeres de más edad que se someten a tratamientos de infertilidad”, expresó Wu.

“Lo más importante es el conocimiento de los riesgos”

De acuerdo con el estudio actual, 1 de cada 5 mujeres comienza el embarazo con un historial de factores de riesgo cardiovascular, lo que puede aumentar los riesgos para la salud de la mujer durante el embarazo y cuando da a luz a su hijo, por eso es tan importante reconocer el estado de salud con el que se inicia el proceso.

En este sentido, la investigación concluye que es importante asesorar a las pacientes que están considerando esta alternativa para tener hijos sobre la salud y el embarazo, así como sobre los riesgos relacionados con el posparto.

“Se debe asesorar especialmente a los pacientes con factores de riesgo cardiovascular existentes sobre el tratamiento potencialmente a largo plazo” finalizó Wu.

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