El presidente de El Salvador Nayib Bukele, dio a conocer a través de su cuenta de Twitter que la Fuerza Naval de su país había incautado un estimado de 1.2 toneladas de cocaína.
En este operativo a 520 millas náuticas de la Bocana el Cordoncillo, Estero de Jaltepeque, encontraron a 3 tripulantes de nacionalidad colombiana.
Por lo anterior, el mandatario salvadoreño aprovechó para etiquetar en Twitter a su homologo colombiano Gustavo Petro, con el que ha tenido varios enfrentamientos.
Por esto, el presidente Petro le respondió destacando el papel de la Armada Nacional en el operativo.
“Otra tonelada y media de cocaína que cae cerca de El Salvador, gracias a la inteligencia y ayuda de la Armada Colombiana”, publicó en Twitter el jefe de Estado.
El choque por la megacárcel
La discusión comenzó cuando Bukele publicó un video en el que se ve a Petro criticar los métodos del mandatario salvadoreño y llamando “campo de concentración” a una megacárcel inaugurada.
En este lugar hay presos miles de miembros de las maras que han sido capturados, en su mayoría durante el régimen de excepción en vigor desde hace un año.
Petro dijo en ese momento que, “el presidente de El Salvador se siente orgulloso porque redujo la tasa de homicidios a partir, dice él, de un sometimiento de las bandas que hoy andan en esas cárceles, en mi opinión, dantescas”.
Más adelante, agrega: “Nosotros logramos reducir, igualmente, esa tasa de homicidios, de criminalidad, de violencia, pero no a partir de cárceles, sino de universidades, de colegios, de espacios para el diálogo”.
El presidente salvadoreño respondió, minutos más tarde, tras mencionar a Petro: “Los resultados pesan más que la retórica”.
Luego deseó que Colombia “en realidad logre bajar los índices de homicidios”.
Poco después, Petro alargó la confrontación diciendo que, “pasamos de 90 homicidios por cada 100.000 habitantes en 1993 en Bogotá a 13 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2022”.
Y después invitó al salvadoreño a “comparar las experiencias” en un foro internacional.
Bukele, sin aceptar la propuesta del foro de Petro, apeló a la ironía y a una cifra como para zanjar la polémica: “¿Desde 1993? 30 años… ¿Usted gobernó 30 años? ¿Bogotá? ¿No es usted presidente de Colombia?
Datos que debemos saber
La gigantesca cárcel cuenta con ocho módulos. En cada uno habrá 5.000 prisioneros y, en cada celda, poco más de 100 reclusos, quienes no tendrán oportunidad de salir.
Solo pueden salir a menos que participen en una audiencia que se llevará a cabo a través de videoconferencia, explicaron las autoridades a CNN durante una visita guiada.
El Gobierno de El Salvador ha recibido críticas por su plan de seguridad.
Organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y organismos locales de derechos humanos han criticado lo que consideran violaciones a los DD. HH a través del régimen de excepción.
Las organizaciones han solicitado, sin éxito, su derogatoria, ya que las autoridades han dicho que continuarán con su implementación porque la seguridad ciudadana nacional ha mejorado.
Un año después
El Salvador lleva un año en un régimen de excepción cuestionado por organizaciones de derechos humanos pero aplaudido por muchos salvadoreños por disminuir el crimen y los homicidios.
En la vecina Honduras, la violencia ha sido uno de los retos de Castro desde que asumió la presidencia.
El país registró en 2022 la tasa más baja de homicidios en 16 años, pero grupos defensores de derechos humanos y analistas cuestionan si las restricciones constitucionales son sostenibles.
La gran crítica al «modelo Bukele» es la ausencia de un plan más allá de las medidas de excepción.
«¿Qué va a pasar cuando se suspendan estas acciones represivas contra los derechos humanos si no se atacan las raíces?», se preguntan expertos.
Ana María Méndez-Dardón, directora para Centroamérica en Wola, recuerda que «limitar derechos constitucionales supone un riesgo enorme de que ocurran violaciones de derechos humanos.
Son esas precisamente algunas de las críticas hacia las medidas de Bukele, además de el hecho de que no se resuelva el hacinamiento en las cárceles salvadoreñas.