Si hay una razón por la que Estados Unidos suele levantar críticas es por su sistema de salud; y es que, a pesar de ser uno de los países desarrollados más ricos del mundo no tienen una cobertura sanitaria universal.
Ahora, esta realidad fue ratificada por Commonwealth Fund; que realiza investigaciones independientes sobre temas de atención de la salud. Ya que, según una investigación realizada por esta institución, Estados Unidos ocupó nada más y nada menos que el último lugar en una clasificación de sistemas de salud entre 11 de los países más ricos del mundo, a pesar de gastar el porcentaje más alto de su PIB en atención médica.
El país lucha con profundos problemas de asequibilidad de la atención médica, lo que afecta el acceso y la equidad, y es el país que tiene más obstáculos administrativos cuando se trata de atención médica. Esto es a pesar de que EE. UU. gasta el 17% de su producto interno bruto en atención médica, «muy por encima» de los otros 10 países, según el informe.
Problemas contra los que luchan en Estados Unidos
Según señala la investigación, los estadounidenses tienen más probabilidades de tener problemas para pagar las facturas médicas y que se les niegue el seguro. Un porcentaje mayor de estadounidenses dice que dedica mucho tiempo al papeleo de las facturas médicas, y los médicos informan que tienen más problemas para recetar medicamentos a los pacientes debido a la cobertura de seguro de salud.
Por otra parte, en el país yankee, también lidian con un acceso mediocre a la atención, con más adultos estadounidenses que acuden a la sala de emergencias para recibir atención que no es de urgencia.
Los médicos de los países con mejores resultados suelen estar disponibles por teléfono o durante la noche y los fines de semana. Estados Unidos también tiene la mayor disparidad en la atención entre los grupos de ingresos.
«Tenemos casi dos sistemas de atención médica en Estados Unidos: uno para personas con medios y seguro, y otro que se queda corto para las personas que no tienen seguro o que no tienen una cobertura adecuada», dijo Eric Schneider, autor principal del informe y principal vicepresidente de políticas e investigación del Commonwealth Fund, a Washington Post.
Las estadísticas de salud reflejan la realidad de tener el peor sistema de salud de la lista: EE. UU. tiene las tasas más altas de mortalidad infantil, materna y evitable. El país también tiene menos apoyo para la educación de la primera infancia y los sistemas de apoyo, como la protección por desempleo, para los trabajadores, lo que conduce a peores resultados de salud.
Además, Schneider dijo que el sistema de salud comparativamente débil del país dificultó que Estados Unidos manejara la pandemia de covid-19. “Se podría predecir, en base a las desigualdades y la atención primaria relativamente más débil, que estaríamos en condiciones de luchar contra la pandemia”.
Un ‘premio de consolación’
De acuerdo con la única área en la que EE. UU. obtuvo buenos resultados es el proceso de atención, ya que es más probable que los estadounidenses se realicen mamografías y vacunas contra la gripe y tengan más conversaciones con su médico sobre nutrición, tabaquismo y consumo de alcohol.
Sobre los otros países
Los investigadores compararon los sistemas de atención médica de 11 países de altos ingresos: Australia, Canadá, Francia, Alemania, los Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia, Suiza, el Reino Unido y los Estados Unidos.
La información se basa en 71 medidas de desempeño, basadas en encuestas realizadas en cada país y datos administrativos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y la Organización Mundial de la Salud. Las medidas analizadas se agruparon en cinco temas: acceso a la atención, proceso de atención, eficiencia administrativa, equidad y resultados de la atención de la salud.
Ningún país está en la cima en todas las áreas, y Schneider dijo que cada país tiene algo que aprender de los demás. Pero Noruega, los Países Bajos y Australia fueron los países con mejor desempeño en general.
Los Países Bajos, por ejemplo, tienen un sistema bien organizado de médicos y enfermeras de atención primaria ubicados localmente que brindan atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana, dijo Schneider, lo que ayuda a evitar que los problemas menores se conviertan en problemas mayores.