La amenaza de un «megaterremoto» y una serie de tifones han hecho que algunos japoneses se apresuren a comprar arroz de manera compulsiva.
Estas compras, se dan teniendo en cuenta que el arroz es el alimento básico más preciado del país.
“Este verano sólo pudimos conseguir la mitad de la cantidad habitual de arroz y los sacos de arroz se agotaron rápidamente”, dijo un empleado de una sucursal de la popular cadena de supermercados Fresco en la capital japonesa.
Los estantes de arroz en algunas tiendas se vaciaron o las existencias fueron racionadas después de una advertencia del gobierno.
Otros factores incluyen menores cosechas causadas por el clima cálido y la escasez de agua, así como una mayor demanda relacionada con números récord de turistas extranjeros.
En una tienda de alimentos de Tokio, un cartel decía: “Para que muchos clientes puedan comprar, les pedimos que compren una bolsa de arroz al día por familia”.
Un trabajador de otra tienda en Tokio dijo: “No podemos comprar nada de arroz y no hay perspectivas de comprarlo en un futuro próximo”.
“Los clientes hacen cola antes de que la tienda abra, pero las pilas de bolsas, cada una de las cuales contiene 10 kilogramos (22 libras), siempre se agotan durante la mañana”, dijo uno de los empleados de una tienda.
El Gobierno japones
El ministro de Agricultura, Tetsushi Sakamoto, pidió calma en las últimas horas frente al panico generalizado.
“Por favor, mantengan la cabeza fría en sus actividades de compra y adquieran solo la cantidad de arroz que necesitan”, dijo Sakamoto, enfatizando que “la situación de escasez de suministro se resolverá gradualmente”.
El arroz está profundamente arraigado en la cultura japonesa y su cosecha ha dado forma al paisaje de la nación, llegando incluso a utilizarse como moneda en el siglo VII.
La potencia asiática consumo anual de siete millones de toneladas al año, es por lejos el alimento básico más consumido en el país.
Sin embargo, la demanda ha estado cayendo durante algún tiempo debido a la disminución de la población y al cambio de hábitos alimentarios de muchos japoneses que optan por alternativas.
Las reservas del país en junio fueron las más bajas desde 1999, cuando se recopilaron por primera vez datos comparables, pero los funcionarios creen que el inventario es suficiente.
Una nueva temporada de cosecha ha comenzado y el 40 por ciento de la cosecha estará disponible a fines de septiembre, dijo un funcionario del Ministerio de Agricultura.
Preocupaciones del mercado del arroz
El mercado mundial del arroz está atravesando un período de intensos cambios de política e inestabilidad de precios.
Esto ha causado dificultades a los agricultores que producen para la exportación, así como a los importadores que dependen de fuentes externas para su abastecimiento de alimentos básicos.
Varios analistas a nivel mundial han estado estudiando perspectivas a mediano y largo plazo de la economía mundial del arroz y los principales factores que han contribuido a la reciente inestabilidad de los precios internacionales del arroz.
Por último, se examinan algunas de las principales cuestiones que preocupan a los países productores y consumidores de arroz, y se sugieren medidas de política para reducir estos problemas.
El arroz en el mundo
El arroz se consume principalmente en los países en desarrollo.
Se estima que en 2010 el consumo de arroz elaborado en esos países subdesarrollados fue de 463 millones de toneladas, mientras que en los países desarrollados alcanzó sólo 19 millones de toneladas.
El consumo mundial fue en promedio de 482 millones de toneladas para el año 2019.
Por lo tanto, en los próximos 14 años, la producción de arroz tendrá que aumentar en un total de 102 millones de toneladas en términos de arroz elaborado (casi el 30 por ciento) o 153 millones de toneladas de arroz cáscara.
Dentro de tres años, la producción mundial de arroz tendrá que aumentar en 22 millones de toneladas (arroz elaborado) o 33 millones de toneladas (arroz cáscara) para satisfacer la demanda prevista de 402 millones de toneladas en el año 2000.
Este aumento será suficiente para mantener, en lugar de aumentar, el consumo mundial per cápita.
