Argentina, es uno de los países que no le exige visa a los viajeros rusos, y donde además de la calidad de la medicina, también pueden residir legalmente con solo tener un hijo nacido allí.
Asimismo, se está generando una ola de visitantes rusos, sobre todo mujeres, es que dos años viviendo en esta nación suramericana se convierten en ciudadanos.
Aunque no hay estadísticas oficiales disponibles, tan solo en la clínica Sanatorio Finochietto, en Buenos Aires, se ha registrado un aumento significativo de estas intervenciones medicas.
A principios de 2022, tenían solo uno o dos partos por mes. Pero en diciembre, de un total de 180 partos, 50 correspondieron a madres rusas.
Cuentan un vocero de la clínica que la mayoría de las mujeres rusas que van a dar a luz no hablan español y muchas acuden a las visitas médicas y al parto con traductores que se suman al equipo médico.
El boom de los partos rusos
Desde 2022 cerca de 2.500 personas provenientes de Rusia se han mudado a la Argentina. La mayoría de ellas son mujeres que llegaron para dar a luz en territorio latinoamericano.
«En 2023 el número puede crecer a 10 mil», reveló Georgy Polin, cabeza del departamento consular de Rusia en Argentina, al medio inglés The Guardian.
Incluso, Argentina ha desbancado a Miami como el destino preferido para el turismo de parto: la práctica de viajar a otro país con el fin de dar a luz y obtener la ciudadanía para el niño.
En la actualidad los hospitales argentinos ahora han puesto letreros en ruso, para una mejor orientación a sus pacientes.
Otras razones por las que escogen a Argentina
Hay varios motivos por los que los rusos ven atractiva a Argentina: Es uno de los pocos países a los que actualmente pueden ingresar sin visa y tramitar la residencia legal.
También, al obtener el pasaporte argentino podrán ingresar a más de 170 países sin visa, muchos de los cuales actualmente están vetados para los rusos por las sanciones relacionadas con la guerra en Ucrania.
Además, para quienes quieren ser padres hay otras razones: sus hijos automáticamente son argentinos solo por nacer en el país y destacan la alta calidad en la atención médica para las embarazadas.
Al tiempo que destacan que es mucho más barata la atención medica en comparación con otros países, o incluso gratuita en los hospitales públicos.
La economía también pesa: la vida en general en Argentina es más barata que en Rusia, sobre todo para quienes ganan en rublos o en dólares.
Las agencias que ayudan a las rusas a establecerse en el país sostienen que un parto en una clínica privada argentina es mucho más barato que en otros países de la región.
La no discriminación es otro de los puntos que destacan los rusos en Argentina: “Es un país muy amigable para los inmigrantes”, dice Sviatoslav que trabaja de manera remota para una empresa francesa.
La pesadilla para los hombres rusos
La decisión del Kremlin de anunciar una movilización parcial ha provocado que muchos hombres en edad militar se apresuren a abandonar el país.
Esto ha ocasionado una nueva fuga de cerebros, posiblemente sin precedentes y que podría continuar de llegar a prolongarse la guerra como así parece.
El diario The Guardian ha hablado con más de una docena de hombres y mujeres que se fueron de Rusia desde que Putin anunció la llamada movilización parcial.
Las opciones para huir son limitadas, según explican. Esta semana, cuatro de los cinco países de la Unión Europea que tienen fronteras con Rusia anunciaron que ya no permitirán que los rusos entren con visados de turistas.
Finlandia, el último país de la Unión Europea que aún permite la entrada de rusos con visados de turismo, dicen que han notado una “cantidad excepcional” de ciudadanos rusos intentando cruzar la frontera.
Mientras que testigos presenciales dijeron a The Guardian que las fronteras con Georgia y Mongolia estaban “colapsadas”, con un tráfico agobiante.
Agentes fronterizos de los aeropuertos rusos también han comenzado supuestamente a interrogar a los pasajeros varones que salen del país acerca de su estatus de servicio militar, y comprobar sus billetes de vuelta.
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