El gobierno del presidente Joe Biden enviará temporalmente 1.500 soldados adicionales para ayudar a asegurar la frontera entre Estados Unidos y México, según aseguró el Pentágono esta semana.
La razón se debe a la preparación para un posible aumento de la inmigración ilegal cuando se levanten las restricciones fronterizas restricciones de la era de la pandemia de coronavirus el próximo 11 de mayo.
El despliegue de 90 días de tropas en servicio activo complementará el trabajo de la Patrulla Fronteriza de EE. UU., pero no llevará a cabo tareas de aplicación de la ley, dijo el portavoz del Pentágono, el general de brigada Pat Ryder, en un comunicado. Desarrollaran tareas de monitoreo en tierra, ingreso de datos y soporte de almacén para liberar a los agentes fronterizos y «llenar los vacíos de capacidad críticos», dijo Ryder.
De acuerdo con los funcionarios estadounidenses, se espera que los cruces ilegales superen los 10.000 por día cuando la política fronteriza de la era de la pandemia conocida como Título 42 finalice. Así, esta fuerza se sumará a un despliegue en curso de alrededor de 2500 soldados de la Guardia Nacional.
Las llamadas restricciones del Título 42, permiten a las autoridades estadounidenses expulsar rápidamente a los inmigrantes no mexicanos a México sin la posibilidad de solicitar asilo.
Sin embargo, incluso en medio de las restricciones, la administración ha visto un número récord de personas que cruzan la frontera, y el presidente Joe Biden ha respondido tomando medidas enérgicas contra quienes cruzan ilegalmente y creando nuevos caminos destinados a ofrecer alternativas a un viaje peligroso y, a menudo, mortal.
Una decisión frente a la reelección
Para Biden, quien anunció su campaña de reelección demócrata hace una semana, la decisión indica que su administración se está tomando en serio un esfuerzo por reducir la cantidad de cruces ilegales, una fuente potente de ataques republicanos, y envía un mensaje a los posibles cruces fronterizos para que no intenten cruzar la frontera de forma ilegal.
Pero, esta situación, también ha generado críticas a Biden por hacer retroceder las políticas de línea dura del expresidente republicano Donald Trump, el favorito para la nominación de su partido.
Algunos demócratas y activistas de inmigración también criticaron al presidente por endurecer gradualmente su enfoque de la seguridad fronteriza frente a los migrantes, sugiriendo que son una amenaza que requiere que las tropas de Estados Unidos la contengan.
Tal es el caso del senador Bob Menéndez, demócrata y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, quien dijo que la decisión de Biden de enviar tropas era inaceptable.
“Tratar de sumar puntos políticos o intimidar a los migrantes enviando militares a la frontera sirve para los ataques xenófobos del Partido Republicano a nuestro sistema de asilo”, dijo Menéndez en un comunicado.
Por otra parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuando se le preguntó sobre el despliegue de tropas en una conferencia de prensa, dijo que Estados Unidos es una nación soberana y que México respeta sus decisiones.
Otras medidas para el cruce ilegal
La semana pasada, los funcionarios de la administración también anunciaron que trabajarían para evaluar rápidamente a los inmigrantes que buscan asilo en la frontera, deportar ágilmente a los que se considere que no están calificados y penalizar a las personas que cruzan ilegalmente a los EE. UU. o a través de otro país en su camino hacia la frontera estadounidense.
Además, abrirán centros fuera de Estados Unidos para que las personas que huyen de la violencia y la pobreza soliciten volar de forma legal y establecerse en Estados Unidos, España o Canadá. Los primeros centros de procesamiento se abrirán en Guatemala y Colombia, y se espera que sigan otros.
