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Desde murciélagos explosivos hasta un muro de camellos, estas son las armas más extrañas de la guerra

Hay una amplia gama de dispositivos extraños y, a menudo, disfrazados para ocultar, matar y hacer estallar cosas durante las guerras, algunas tan inhumanas como una cerdos en llamas.

A veces ganar una guerra significa estar un poco más loco que el enemigo. Después de todo, es bueno conservar el elemento sorpresa, y como el oponente ya está preparado para cualquier arma convencional que se pueda utilizar, es necesario atreverse un poco, quien quita, a lo mejor puede funcionar, a lo largo de la historia se crearon innumerables armas para participar en estos conflictos y algunas son bastante singulares.

Desde murciélagos explosivos hasta un muro de camello, te mostramos algunas de las armas más extrañas utilizadas en las guerras a través del tiempo.

Murciélagos Bomba

Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial la Fuerza Aérea estadounidense se puso a buscar alguna manera más eficaz que las que utilizaban hasta el momento para arrasar las ciudades japonesas desde el aire, y una de las ideas que se probó fue pegar al cuerpo de pobres murciélagos pequeños artefactos incendiarios.

Concretamente la idea era lanzar miles de murciélagos armados hasta los dientes sobre alguna localización específica. Estos tocarían tierra y se introducirían en los rincones y grietas de los edificios, lo que hacen por naturaleza (por aquellos años la mayoría de edificaciones de Japón estaban hechos de madera y otros materiales altamente inflamables).

Finalmente, el ejército activaría todos los dispositivos al mismo tiempo. El resultado serían miles de incendios iniciados de manera simultánea por toda la ciudad, situación que desbordaría por completo a los bomberos japoneses.

Aunque suena a locura se hicieron varias pruebas. A principios de 1940 se realizó una en una pequeña base del ejército norteamericano situada en Carlsbad. Cogieron a varios murciélagos, les endosaron al cuerpo bombas incendiarias de napalm y los echaron a volar. El resultado fue un desastre, ya que los murciélagos bomba le prendieron fuego a las propias instalaciones de la base militar, pero a pesar de este fallo, el proyecto continuó.

Tiempo después se hizo una segunda prueba que esta vez sí dio mejores resultados. Los militares construyeron una maqueta de una ciudad japonesa en el estado de Utah la cual bombardearon con una legión de murciélagos cargados de napalm que hicieron blanco y provocaron el efecto deseado: fuegos simultáneos de magnitud considerable. Tras algún tiempo más de investigaciones alguien con dos dedos de frente puso fin al proyecto.

Elefantes al combate

A pesar de su imponente apariencia, los elefantes son animales inteligentes y relativamente fáciles de entrenar.

La captura y entrenamiento de elefantes como técnica de guerra empezó en la India. Como se trata de animales longevos, era mucho más fácil tomar elefantes salvajes adultos de la naturaleza que criarlos en cautiverio. Resultaba muy costoso y tardado esperar a que un elefante superara la adolescencia para enviarlo al campo de batalla. En lugar de eso, tomaban elefantes viejos de aproximadamente 60 años, pues consideraban que estaban en su mejor momento.

En el continente europeo también hicieron uso de los elefantes para la guerra. Alrededor del 328 a.C., el general Poliperconte empleó un grupo de 60 elefantes para irrumpir en la ciudad de Megalópolis bajo las órdenes de Alejandro Magno.

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Desafortunadamente, Poliperconte fue derrotado, los elefantes capturados y empleados en posteriores batallas. Aquella fue la primera ocasión en que se utilizaron elefantes de guerra en Europa.

Cerdos incendiarios

Con los elefantes como arma en la guerra, tuvieron buscar una fórmula para contraatacar y la más ‘ingeniosa’ fue la de usar cerdos, ya que se habían dado cuenta que los ruidos extremos le fastidiaban a los animales de la trompa.

Así, encontraron una forma de que los cerdos se dirigieran a líneas enemigas chillando lo más fuerte posible para generar un caos infernal. La forma más simple, cruel e inhumana que aplicaron fue untar el trasero de los cerdos con brea, alquitrán o cualquier otra sustancia inflamable, los aproximaban a las líneas enemigas, les prendían fuego y los dejaban chillando de dolor y agonía.

Camellos de Guerra

Los camellos han sido empelados en la guerra de diferentes maneras, como ser utilizados como animales de carga o con la misión especial de ahuyentar a los caballos en los que se transporta el enemigo, sin embargo hubo una forma en especial que llama poderosamente la atención, los camellos en llamas de conquistador y líder militar turco Timur, que en su batalla contra el sultán Mahmud Khan, que contaba con un gran ejército que entre otras cosas disponía de 120 elefantes. A Timur se le ocurrió incinerar a sus camellos y mandarlos al frente de ataque. Esta idea tuvo éxito, ya que los elefantes se aterrorizaron al ver las bolas de fuego que se aproximaban y huyeron velozmente.

Perros antitanques

Cuando los tanques nazis hacían estragos en la Rusia occidental, los soviéticos encontraron, o creyeron encontrar, la manera de contrarrestarlos a través del mejor amigo del hombre. Los perros, ellos son rápidos, relativamente pequeños y aprenden con increíble facilidad. La idea era entrenar a los caninos para buscar comida debajo de los tanques, hambriarlos un par de días, colocarles explosivos y luego mandarlos al campo de batalla. Se dice que fueron un éxito, a tal punto que los nazis no pensaban dos veces en liquidar a cuál perro se les cruce.

Esta arma también tenía sus desventajas: los perros podían asustarse y volver a las líneas rusas con las bombas listas para estallar. Además, los perros eran entrenados con tanques rusos, los cuales funcionaban con diesel, mientras que los tanques alemanes eran nafteros, un detalle que los rusos dejaron pasar, dado el agudo sentido del olfato que tienen los perros.

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