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El pueblo fantasma que emergió del agua

El poblado de Aceredo en España reapareció luego de haber sido inundado para la construcción del embalse Lindoso hace 30 años.

Mientras en Norteamérica el invierno no da tregua, España está sumida en una profunda sequía por culpa de la falta de lluvias. Esta dramática situación, que no parece que vaya a cambiar pronto, ha provocado que la gran mayoría de embalses del país estén en secos.

Esto ha contribuido a que en algunos de estos lugares hayan quedado al descubierto los pueblos que se escondían bajo sus aguas.

Una de estas aldeas que ha vuelto a ver la luz del sol fue Aceredo, que hace 30 años fue tragado por el embalse de Lindoso. Hasta ahora se podían intuir las construcciones y solamente cuando el caudal del río Limia, que surte al embalse, no era demasiado.

El lugar que quedó bajo las aguas en 1992 es ahora un sitio de peregrinación turística, La afluencia de personas es tanta que EDP, la eléctrica portuguesa que es concesionaria del embalse de Lindoso, ha tenido que pedir a los municipios de Lobios y Entrimo que tomen medidas para que Aceredo no se llene de gente.

La historia del 8 de enero

Fue el 8 de enero de ese año que la hidroeléctrica portuguesa EDP, que gestiona la represa, procedió a llenar el lago del embalse.

Ese día Aceredo quedó congelado en el tiempo y llegó a su fin toda una forma de vida para sus habitantes.

“Aquello parecía el diluvio universal. El 8 de enero del 92 llovía a mares y el río Limia venía engordado. La hidroeléctrica cerró las compuertas y empezó a llenar”, es lo que contaba El País el 14 de diciembre de 2012, en un especial sobre el pueblo sumergido.

En total sumaban 250 vecinos. Los que vivían en las zonas más altas tuvieron tiempo, hasta el mes de mayo de ese año, para elegir qué muebles salvar, desmontar la iglesia del XVII y trasladar el cementerio.

En Buscalque y O Bao, cuando se dieron cuenta, el agua ya era una realidad de casi un metro. «Se hizo de noche enseguida, el agua estaba llena de gallinas ahogadas, gatos que querían nadar… La Cruz Roja ayudó a sacar de las casas a los viejos».

El pantano sepultó el primer día una especia única de naranjos. «Era un valle precioso y fértil. Venían pescadores porque el río era truchero, había barcas y campos verdes. En Buscalque se daban las granadas», recordaba una vecina, Miriam. “Pudo haber una desgracia porque la EDP ni se ocupó en cortar los cables de los postes de la luz”.

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La reacción de los espectadores

Lo que mucho de los espectadores ha asegurado es que el panorama es como un paisaje conmovedor, espectacular y desolador al mismo tiempo.

«Venimos de Vigo, vimos lo del pueblo emergido y decidimos parar para verlo. Habíamos visto algo en televisión, pero verlo ‘in situ’ es impresionante», relató un visitante.

Para otros, sin embargo, el pueblo emergido es una visión que causa pesar. “Es como si estuviera viendo una película. Tengo un sentimiento de tristeza”.

“Nos hablaron muy bien y decidimos venir. Merece la pena verlo, es como si estuvieses en un paisaje lunar. Pero también da mucha pena la gente que tuvo que irse, lo tuvieron que pasar muy mal”. Comentó otra persona.

Entre tanto, los vecinos de zonas más próximas que conocieron lo ocurrido con Aceredo se muestran críticos con la transformación que se produjo en Galicia debido a los embalses.

“Esto es un desastre, refleja cómo vaciaron el embalse de forma salvaje. Me da mucha pena el expolio que hicieron con los embalses”.

*Foto de portada tomada de BBC Mundo

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